Sueños rotos

INVERTIR EN una casa donde vivir en paz, para muchas familias se ha convertido en un sueño roto. En el Fraccionamiento La Noria hasta el viento suena a olvido.

Los olores a excremento y a orines impregnan la mayor parte de la comunidad mientras los moscos salen en parvadas de las decenas de casas abandonadas. Sin embargo, la insalubridad de la zona no es su queja. Los peores problemas para quienes habitan ahí son la inseguridad y el vandalismo.

A simple vista parece un fraccionamiento fantasma. Las calles suelen estar casi solas.

Los vecinos de la zona salen de sus casas sólo para lo necesario, pues temen ser atracados o llevarse un susto de los vándalos que usan las fincas deshabitadas como refugio.

"Un problema lleva al otro. Hay muchas casas abandonadas y muchos pandilleros usan las casas solas para reunirse, beber, drogarse y sacarle buen susto a la gente y robarle lo poco que traiga. Hace 15 días me pasó que me bajé del camión llegando de mi trabajo como a las nueve y media de la noche, cuando de repente me salió un vago y me siguió hasta la casa. Yo casi quería correr, y entre los nervios no encontraba en mi bolsa las llaves de la casa. No me hizo nada pero me iba pidiendo dinero, después me dio miedo que quisiera brincarse a robar y meterse a robar", relató Laura Madrigal, residente desde hace siete años.

"Es un problema serio que tenemos en el fraccionamiento y en general en todo Tlajomulco, pero ojalá por lo menos brindarán más seguridad a los ciudadanos".

La Noria se caracteriza por la vivienda económica. Entre los 190 y 290 mil pesos cuesta una casa pequeña de alrededor de unos 40 metros cuadrados, con una o dos recámaras donde generalmente duermen hasta cinco o seis personas. Aunque a veces quisieran salir huyendo de sus viviendas debido al pánico que les provoca la inseguridad, saben que es su único patrimonio.

"Uno a veces quisiera salir corriendo mejor, así como muchos lo han hecho y les ha valido dejar sus cosas y perder lo que lleven pagado, prefieren buscar algo más seguro, pero yo creo que todos los que estamos aquí es porque no tenemos pa' más, ni estamos pa' perder lo poquito que uno lleva pagado por la casa, no queda de otra que aguantar y procurar no salir más que para lo indispensable, al trabajo, a llevar a los chiquillos a la escuela...

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