El trabajo sucio se hace en la frontera sur

AutorIsaín Mandujano y Mathieu Tourliere

Sentados a las mesas en el albergue La 72, en Tenosique, Tabasco, los migrantes platicaban de todo ese viernes 1, salvo de su cruce por México, cuando el activista Rubén Figueroa, celular en mano, los interrumpió: "Armaron operativos en Arriaga. Si fuera uno de ustedes me iría en el próximo tren, de volada. Falta poco para que se ponga duro por aquí". La tranquilidad se desvaneció de los rostros.

Diez días después, policías federales y agentes de migración escondidos en la selva pararon el tren de carga en Boca del Cerro, Tabasco, tomando por sorpresa a los centenares de migrantes que viajaban en su lomo. Los oficiales iniciaron la "cacería" en los cerros, narra a Proceso el sacerdote Tomás González, máximo responsable del albergue La 72

Durante las dos semanas previas los retenes se multiplicaron en las carreteras ta-basqueñas, bajando a los viajeros de los carros o de los autobuses con el apoyo del Grupo Beta, cuya misión es dar asistencia a los migrantes. Desde entonces entre dos y tres autobuses llenos de migrantes parten diario del centro de detención de Tenosique rumbo a Centroamérica, asevera González.

Los operativos coincidieron con el lanzamiento del Programa Frontera Sur, anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto el pasado 7 de julio durante un encuentro con su par guatemalteco Otto Pérez Molina en Catazajá, Chiapas, y concretado al día siguiente con la creación de la Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur.

Al anunciar su programa, Peña Nieto destacó la apertura de cinco "centros de atención integral al tránsito fronterizo", es decir garitas.

La semana siguiente el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, afirmó que el gobierno mexicano endurecería su política migratoria e impediría a los migrantes subirse al tren, "por su seguridad".

"No podemos permitir que entre a nuestro territorio quien no tenga los documentos", precisó en entrevista con Radio Fórmula el lunes 11. Cuatro días después nombró al senador tabasqueño Humberto Mayans Ca-nabal titular del nuevo órgano institucional.

Impedir a los migrantes subirse al tren creará un cuello de botella en Chiapas y Tabasco, donde no hay capacidad de atención médica o humanitaria para los migrantes, dice a Proceso Diana Martínez, encargada de la dirección de la organización Sin Fronteras para la frontera sur. "Nos preocupa que en algún momento esto explote como una olla de presión".

Agrega que impedir el acceso al tren, conocido como La Bestia, sólo encarecerá el costo del viaje hacia la frontera con Estados Unidos.

El sacerdote Ramón Verdugo, del albergue Todos por Ellos, coincide con esta lectura y añade que restringir el acceso al tren enriquecerá a los traficantes de indocumentados y obligará a los migrantes a hacer lo imposible para pagar las cuotas, arriesgando sus vidas.

El sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue Hermanos en el Camino en Ixtepec, Oaxaca, revela que no será la primera vez que los migrantes se queden sin posibilidades de abordar el tren. En 2005 el huracán Stan derrumbó 34 puentes sin que eso parara la migración centroamericana, recuerda.

Militarización

"Los operativos no son...

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