Otra vez, la sombra del abuso sexual

AutorRaúl Ochoa

En los primeros días de octubre de 2010 el entrenador Mario Vásquez Armendariz y Brianda Sarahí Mancillas Balderrama, integrante del equipo de karate do del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson), viajaron en auto de Navojoa a Hermosillo a fin de tramitar becas para los seleccionados de ese deporte.

En virtud de que, según testimonios, el entrenador solía hacerle ver a sus pupilos que tenía influencias no sólo en el ámbito deportivo sino con diversas autoridades, logró imponerse como autoridad ante Brianda, de 19 años y estudiante de tercer semestre de la carrera de economía y finanzas del Itson Nainari, con sede en Navojoa.

Por eso ella aceptó cuando el profesor la invitó al viaje. Aparentemente entre ambos sólo existía la relación maestro-alumno. En el trayecto de regreso el entrenador se detuvo en una tienda de autoservicio para comprar una botella de tequila "de tamaño mediano". Brianda resintió los efectos del alcohol y los mareos hicieron que se durmiera "varias veces". Recuerda que la última vez que despertó se vio en un sitio apartado de la carretera en el que sólo había una "hilera de árboles largos de unos 10 metros de altura, un canalito con agua y terrenos arados para la siembra".

El maestro, sostiene la joven, estaba abajo del auto, de pie; luego abrió la puerta del copiloto y le pidió que bajara. Brianda lo hizo pero aún estaba mareada. Entonces él la tomó del rostro mientras le pedía que lo besara en la boca. Ella se resistió hasta que un repentino vómito la apartó abruptamente de él, quien le dio una toalla para limpiarse la boca, la pasó al asiento trasero y se subió sobre ella mientras intentaba besarla. La joven le decía: "No, profe Mario... No, profe Mario...". Luego de vomitar por segunda vez, logró quitárselo de encima.

La deportista le pidió que la llevara a Residencias Itson, donde se hospedan los estudiantes foráneos. Se marcharon del lugar sin que ella pudiera saber con exactitud dónde se encontraba. Tenía una vaga noción de que alguna vez había pasado por ese sitio durante un convivio con los integrantes de la selección de karate do.

El entrenador se detuvo en una tienda Oxxo. A Brianda le dio mucho calor y así se lo dijo a él, quien le sugirió que se quitara la blusa al tiempo que levantaba la prenda. En ese momento, según la joven, él le "apretó" los senos con la mano derecha y por encima de la blusa, y luego le tocó los genitales sin su consentimiento.

De este episodio sólo se enteró en su momento Sthephanie...

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