La vida en la cárcel

AutorRicardo Ravelo

Considerado por la agencia antidrogas estadunidense (DEA) y por la Procuraduría General de la República (PGR) como uno de los capos emblemáticos de los ochenta, Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, podría quedar en libertad si un tribunal de alzada le concede los beneficios de ley por su avanzada edad y su grave estado de salud.

El pasado 27 de abril, después de 26 años de juicio –cuyo expediente suma 170 tomos– se resolvió la causa penal 82/85 y se dictó sentencia condenatoria de 40 años de prisión en contra de Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero por el secuestro y homicidio del agente de la DEA Enrique Camarena.

En esa misma resolución se absolvió a Fonseca Carrillo de los cargos por narcotráfico en todas sus modalidades:

“Se modifica la sentencia apelada y se absuelve a Ernesto Rafael Fonseca Carrillo… de la acusación ministerial formulada en su contra por la responsabilidad penal en la comisión del delito contra la salud, en las modalidades de siembra, cultivo, cosecha, elaboración, preparación y acondicionamiento de paquetes de mariguana, posesión y tráfico de la misma, así como en la modalidad de aportación de recursos económicos para la siembra y cultivo de ese estupefaciente…”, establece el apartado cuarto del dictamen.

Con ello, Fonseca Carrillo también está en posibilidad de recuperar los bienes que la PGR le aseguró tras su aprehensión y que, según sus familiares, consisten en un terreno y una casa que ya está destruida por el paso del tiempo.

“Veo muy cerca la liberación de mi padre si se cumple la ley. Lo que más deseo en la vida es que mi papá no se muera en la cárcel”, dice en entrevista con Proceso Esther Fonseca Valencia, una de las hijas de Don Neto.

–¿Está muy enfermo su padre?

–La cárcel ha sido muy dura. Las enfermedades lo han agobiado; está mal alimentado y mal atendido por los médicos. Todo esto lo hemos denunciado ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero nadie nos hace caso.

Veintiséis años después de su aprehensión en Puerto Vallarta, Jalisco, Ernesto Fonseca fue absuelto en abril último de los cargos por narcotráfico. Meses atrás también se le eximió de otros delitos, en particular por su relación en el escándalo del rancho El Búfalo. En ese predio, propiedad de Rafael Caro Quintero, fueron descubiertos enormes sembradíos de mariguana –de casi 3 mil hectáreas– que eran protegidos por militares.

Sin embargo, Don Neto se mantiene en reclusión por el secuestro y homicidio del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena y del piloto mexicano Alfredo Zavala, cuyos cuerpos fueron localizados en el rancho El Mareño, en Michoacán, en 1985.

Ese caso, que sigue abierto ante la justicia mexicana, implicó no sólo a Fonseca Carrillo, sino también a Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero, entre otros personajes del llamado cártel de Guadalajara que en los ochenta eran investigados por Camarena por sus vinculaciones con el tráfico de drogas.

Maltrato carcelario

Después de una larga batalla legal, Esther Fonseca Valencia, hija de Fonseca Carrillo, deja los votos de silencio y afirma que su mayor deseo es ver a su padre en libertad. Asegura que durante estos 26 años ella y su familia han vivido una pesadilla. Dice que aún tiene vivo el recuerdo de la detención de su papá; “fue un golpe muy fuerte para todos”.

–¿Qué hizo cuando se enteró del arresto de su padre? ¿Ustedes sabían que se dedicaba al narcotráfico?

–Para mí y para mis hermanos mi padre fue y es un hombre ejemplar, muy trabajador y responsable. Sabíamos que era ganadero y que así se ganaba la vida. Recuerdo que el día de su detención yo estaba en Guadalajara y fui al supermercado. Cuando salí escuché por radio que habían detenido a una persona con los...

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