[Amores que matan] (I)

Faltan pocos días para el 14 de febrero de 2006, Día de los Enamorados.

Planes, promesas de amor eterno, regalos, cientos de cosas ocurren para esa fecha, incluidos rompimientos, tal y como comprobó Diego Santoy Riveroll.

Justo ese día, su novia Érika Peña Coss y León, de 18 años, decidió cortar con el joven de 21.

¿Por qué? Varias razones: una vez le montó a Érika un escándalo porque la vio con un amigo; en otra inventó que había tenido un accidente para que ella no fuera al cine y acudiera a verlo.

Tras ser cortado, Diego no se quedó conforme y estuvo pidiéndole a su ex una oportunidad de hablar.

Finalmente ella aceptó, e incluso él le mandó un mensaje agradeciéndole la oportunidad de verse el 2 de marzo de 2006.

Un día antes a la fecha citada, Diego se quedó a dormir en la casa de Humberto Leal Molina; ambos se conocían desde hacía 5 años cuando estudiaron en la Preparatoria La Salle, en Matamoros, Tamaulipas, aunque para ese momento ya vivían en Monterrey, Nuevo León.

A las 4:00 horas del 2 de marzo, Diego despertó a su amigo y le pidió que lo llevara en su camioneta a la casa de Érika, ubicada en la Colonia Cumbres Segundo Sector, una zona de clase media en Monterrey.

Si cuestionó algo o si estaba enterado de los planes de su amigo, Humberto tuvo a bien guardárselo; sólo declaró que vio a Diego con una mochila abultada, cuyo contenido dijo desconocer, y lo dejó en la puerta de la casa de Érika.

En el domicilio sólo estaba Érika, de 18 años; su hermana Azura, de 19; Érick Azur, de 7, y María Fernanda, de 3, así como la trabajadora doméstica, Catalina Bautista Juárez.

Tere Coss y León, conductora de la sección de horóscopos de un canal regiomontano y madre de los hermanos, se hallaba en el Estado de México.

A las 6:30 horas, la empleada doméstica de 23 años, despertó y entró a la recámara de su patrona.

Fue sorprendida por un encapuchado, quien traía guantes y le puso una pistola en la cabeza. Pese al shock se fijó que su atacante llevaba las suelas de sus tenis Converse cubiertas con cinta gris.

El encapuchado la llevó al baño donde la amordazó y ató también con cinta gris, para luego golpearla y decirle que no intentara nada.

A las 8:15 horas, Catalina escuchó pasos.

"Se escucharon las botitas de la niña (María Fernanda, de 3 años), por eso yo creí que era ella", asentó la empleada en su declaración.

Quince minutos después, Catalina oyó unos zapatos de tacón, y presumió que se trataba de la secretaria de Tere Coss, Linda Marentes...

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