[La dama del silencio] (III)

En enero de 2006, Juana Barraza Samperio quedó al descubierto después de que asfixió con un estetoscopio a Ana María Reyes Alfaro, de 81 años de edad, en su casa de la Colonia Moctezuma Primera Sección, en Venustiano Carranza.

Un estudiante, a quien la víctima le rentaba un cuarto, llegó a la vivienda a las 14:30 horas, justo en el momento en que la homicida salía a la calle. Tras encontrar el cadáver tendido en la sala corrió a perseguirla.

Los policías Marco Antonio Gatica e Ismael Alvarado patrullaban por la colonia cuando vieron a la mujer corriendo con dos bolsas y la detuvieron tras ser señalada por el inquilino, explicó Joel Ortega, titular de la SSP.

En su captura le fueron encontradas dos bolsas, una con un folder que contenía un listado de domicilios de personas de la tercera edad.

También 2 botes de shampoo, un fijador para el cabello, joyas, monedas antiguas y billetes nacionales y extranjeros, además de un estetoscopio.

La mujer argumentó que era empleada doméstica y que se encontraba en la zona buscando trabajo, pero la Policía tenía conocimiento de que el asesino serial operaba martes o miércoles, vestido de rojo y en domicilios cercanos a parques, explicó Ortega.

El Procurador capitalino, Bernardo Bátiz, presentó a Barraza Samperio en el edificio central de la dependencia y aseguró que tenían un 99 por ciento de posibilidades de que se tratara del asesino serial.

La huella encontrada en una radiografía en un intento de robo y homicidio registrado en junio del 2005 en la Colonia Jardín Balbuena fue la prueba más contundente en su contra.

Madre soltera de dos niñas y un niño, Barraza Samperio es originaria de Pachuca, Hidalgo, y residía en el fraccionamiento Izcalli Valle de Ayotla, Municipio de Ixtapaluca, informaron fuentes de la PGJDF.

Indicaron que durante los primeros interrogatorios, la mujer manifestó haber sido violada por su padrastro durante su niñez y dedicarse a lavar y vender ropa.

Era promotora de lucha libre, pero también llegó a convertirse en gladiadora enmascarada bajo el nombre de La Dama del Silencio, agregaron.

Según un gladiador con una década de experiencia, La Dama del Silencio era una luchadora cuya vestimenta constaba de un traje de baño oscuro y una máscara con la silueta de una mujer rezando que llegó a actuar en Ciudad Neza, en la Arena Azteca Budokan.

"Yo sé que es delito y yo lo hice y lo voy a pagar, pero no porque lo vaya a pagar me carguen todos los delitos", pidió Barraza Samperio.

"Yo, mi...

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