Viñetas de Campaña: Quadri

Por Alejandro Almazán*

A Gabriel Quadri no hay cosa que le guste más que reflexionar sobre el medio ambiente. Desafortunadamente, desde hace días los periodistas suelen hablar de las toneladas de residuos tóxicos que dejó pasar Quadri por la frontera con Texas, cuando en los noventa era director del Instituto Nacional de Ecología, o de cómo permitió que dos empresas --una mexicana y otra estadounidense-- enterraran desechos industriales en San Luis Potosí y ello provocara malformaciones en niños de algunas comunidades. Pero quizá el monumento al triunfo de la contaminación, discreto y orgulloso, parece encontrarse en otra parte. Aquí, en el estacionamiento del partido Nueva Alianza, es guardada la popular combi que maneja Quadri cuando hace campaña en el Distrito Federal. Nada más verla, un valet entendería que no recibirá las propinas que acostumbra. No importa que tenga llantas anchas, rines de aluminio o que la palanca de velocidades haya sido cromada. La combi, simplemente, es modesta hasta la decepción. No tiene número de serie. Las placas, 504-YGR, son de la Ciudad de México y no han sido registradas ante las autoridades capitalinas ni en el Repuve. El permiso para que circulara fue tramitado el pasado 7 de marzo en el estado de Colima; quien lo autorizó no pidió marca, línea, número de motor y serie, matrícula, color y origen; todo lo puso en ceros y firmó. He preguntado por la historia que tiene el vehículo, pero me han dicho que sólo la conoce Luciano, uno de los tres hijos de Quadri; que él la compró sabrá Dios en qué deshuesadero. Todo esto podría ser anecdótico en un candidato anecdótico si no fuera porque, hasta este 16 de mayo, esa combi no ha sido llevada a verificar.

Al menos eso me dijo la trabajadora de un Verificentro, a quien le pedí rastrear la combi en el sistema que almacena las matrículas de todo vehículo que pasa esta prueba ecológica en el DF y Estado de México. "Pero si el vehículo fue reemplacado apenas este año, ¿no tiene algún periodo de gracia?", le pregunté y ella, con la seguridad de los apostadores, contestó: "No; por la terminación tenía que verificarse en marzo o abril y ya estamos a mediados de mayo; esa combi no debería circular".

Yo no sabía esto último cuando Quadri estaba en las gradas de un deportivo de Guanajuato para ver ganar a su hijo Andrés una competencia de bádminton.

--Usted se autodefine como un ambientalista --lo interrumpí--. ¿No es incoherente que maneje una combi vieja?

--Nah --me respondió con una mansedumbre teatral--. Ponte a pensar cuántas personas caben en la combi. ¡Diez! Caben diez. Así que el promedio de emisiones contaminantes es mucho menor.

Quise recordarle que en su combi nunca se han visto a más de cuatro personas trepadas, pero me habían dicho que, embalado, Quadri suele contestar sin dobleces, aunque unos lo interpreten como cinismo. Lo seguí...

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