Tenga su 15 de septiembre

AutorFabrizio Mejía Madrid

Pero volvamos a las ideas de Guillén. Había nacido en el puerto de Wexford, sur de Irlanda, en 1610, el segundo de cuatro hermanos que usurpaban el apellido noble "Lombardo". Tanto Fray Juan, su hermano mayor, como Guillén -William- estudiaron con los franciscanos y jesuitas en Francia y España y terminaron en México. Hijo de un pescador, es descrito por el parte de la Inquisición para reaprehenderlo una vez que escapa de la prisión en 1650, como "de mediana estatura, rubio de barba, y cabello tirante a castaño, enjuto en carnes, quebrado de color y ojos muy vivos. Habla como perico". Guillén es el pícaro o, como lo nombra Javier Meza en su biografía, El laberinto de la mentira, el adaptado fraudulento: "Como pobre, aborrecía su condición, pero también a la sociedad que le impedía ascender, por lo que siempre buscaba el golpe de suerte que le ayudara a dejar de ser lo que era". Toda una definición de los independentistas.

Guillén llega a la Nueva España a bordo de la nave capitana de una flota que zarpa el 21 de abril de 1640 y que lleva "una de las espinas de la corona de Cristo, un dedo de la mano de San Andrés y leche de Nuestra Señora". También llevaba al nuevo virrey, Diego López Pacheco, que no durará en el puesto por las conspiraciones en su contra encabezadas por el obispo Juan Palafox. Guillén llegó a Veracruz diciendo que era astrólogo y nigromante por lo que rápidamente se convirtió en lector de horóscopos. Se ofreció también a curar la impotencia en un ritual que involucraba un gato y un hierro incandescente que el paciente debía sostener en su mano hasta hacer aparecer a quien le había causado la deficiencia. Cuando llegó a la Ciudad de México, Guillén pretendía ser informante del rey de España en el conflicto con Portugal y daba charlas acerca de la situación política en China, Italia y Flan-des. Pero fue en el Cabildo de la capital en donde conoció a Ignacio Fernando Pérez, un indígena ciego de Taxco al que ayudó a redactar sus quejas por los maltratos en las minas de Alonso de Cerecedo. A cambio, Guillén le pidió medio real de peyote. La droga bebible ayudaba a pronosticar el futuro personal y de la Nueva España. El irlandés soñó "que era virrey y que en la plaza pública degollaban a Diego López Pacheco". A mediados de agosto de 1642 el indio regresó a Taxco, a su pueblo en San Martín Acamixtlahuacán, con una propuesta de Guillén: si le conseguía 300 indios flecheros, él les prometía encabezar una rebelión para que "todos...

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