200 años de plástica argentina en San Carlos

AutorJudith Amador Tello

Pueden mencionarse entre ellos a Roberto Aizenberg (1928-1996), Carlos Alonso (1929), Horacio Coppola (1906), Ángel Della Valle (1855-1903), Juan Doffo (1948), León Ferrari (1920), Grupo Escombros (1988), Enio Iommi (1926), Guillermo Kuitca (1961), Jorge Macchi (1963), Matilde Marlín (1948), Teresa Pereda (1956), Marcelo Pombo (1959), Silvia Rivas (1957) y Miguel Rothschild (1963).

Carmen Gaitán Rojo, directora del recinto ubicado en el antiguo Palacio de Buenavista (Puente de Alvarado 50), explica en un recorrido con Proceso por la muestra, que el proyecto nació en Argentina para asistir a una feria en Frankfurt, Alemania:

“Ellos hacen esta curaduría con la intención de mostrar, como cualquier país invitado, quiénes son los artistas fundacionales de un país muy joven; quiénes son los padres de los actuales artistas plásticos en el sentido de influencia académica; quiénes pueden ser representantes, amén de la gran influencia europea, porque recordemos que son migrantes que llegan de diferentes partes del mundo a poblar Argentina; cuáles son los temas importantes para que se dé a conocer la plástica argentina desde los artistas fundacionales, es una plástica muy joven, estamos hablando de 1904.”

Entonces, continúa Gaitán –quien ocupa la dirección de San Carlos desde enero de este año–, la curadora Diana B. Wechsler comenzó a planear en conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina esta exposición para presentarle al público alemán en qué momento se encuentra hoy la plástica argentina.

También hay video, escultura, instalaciones.

La exposición para México comenzó a planearse en el marco de la visita oficial de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que finalmente no se cumplió por problemas de salud de la jefa de Estado. No obstante, la muestra se inauguró el pasado 13 de abril y ocupa las primeras salas de la planta baja del recinto de la colonia Tabacalera. Sólo que algunos coleccionistas ya no quisieron prestar la obra, y la curadora tuvo que reajustarla a la arquitectura del San Carlos.

Así fue que no llegaron las 200 originales sino 89, pero persistió el propósito de “dar cuenta de la realidad y utopía del panorama artístico de 200 años de ese país”. Y destaca la trascendencia del conjunto:

“Nosotros no conocemos la plástica argentina, tenemos en cuenta tres o cuatro nombres, pero realmente desconocemos todo lo que hacen nuestros países hermanos, y para poder...

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