26 "Clericidios" durante el sexenio de Peña. "Si puedo matar a un sacerdote, puedo matar a cualquiera"

AutorRodrigo Vera

Considerado como el más trágico para el sacerdocio en México y únicamente superado por el periodo de la Guerra Cristera, el gobierno de Enrique Peña Nieto dejó un saldo de 26 sacerdotes asesinados mediante ataques directos y por el solo hecho de ser ministros de culto, crímenes que hasta la fecha no han sido aclarados, por lo que siguen en completa impunidad.

El religioso Omar Sotelo Aguilar, director del Centro Católico Multimedial (CCM), que acaba de presentar un informe sobre los sacerdotes ultimados durante el gobierno de Peña Nieto, enfatiza en entrevista:

"Después del periodo de la Guerra Cristera, el sexenio de Peña fue el más desastroso y trágico para el sacerdocio mexicano; fueron asesinados 26 sacerdotes, una cifra altísima, nunca antes vista y muy por encima de lo que había sido el promedio en estos casos."

Estadísticas en mano, Sotelo indica que durante el sexenio de Ernesto Zedillo fueron ultimados tres sacerdotes, en el de Vicente Fox fueron cuatro, pero ya con Calderón los crímenes se dispararon a 17 y con Peña a 26.

Da otro dato: en América Latina fueron asesinados 14 sacerdotes en 2017 y la mitad de estos crímenes, siete, ocurrieron en México, que -asegura- "sigue siendo el país más peligroso para ejercer el sacerdocio, a pesar de que su población es ma-yoritariamente católica".

Explica el origen de tanto crimen:

El incremento de los asesinatos coincide justamente con el inicio de la guerra contra el narcotráfico que inició Calderón y continuó Peña Nieto, una guerra para la que no estaban preparadas nuestras instituciones, las cuales incluso se vieron infiltradas por el crimen organizado.

-¿Y por qué razón se ataca a los clérigos?

-Porque el sacerdote es una especie de estabilizador social; en su parroquia se brindan no sólo auxilios espirituales, sino también educativos, de salud, de derechos humanos y de atención a migrantes. El crimen organizado sabe bien que al matar a un sacerdote provoca desestabilización social en la comunidad, sembrando así el miedo para poder actuar a su antojo.

No es ninguna coincidencia que tanto sacerdotes como periodistas, dos entes que generan opinión pública, estén siendo blanco del crimen organizado. Hay una razón detrás de estos crímenes. Y aquí el mensaje que se manda es muy claro: 'Si puedo matar a un cura puedo matar a quien sea'.

-¿No puede decirse entonces que los sacerdotes sean víctimas colaterales de la guerra contra el narcotráfico?

-Por supuesto que no. Los están matando por...

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