La 4T: lo bueno, lo malo, lo incierto

AutorDenise Dresser

Difícil no constatar el entusiasmo que acompaña a lo que ha sucedido y lo que se vislumbra. La elección ha cambiado los rieles de un tren prianista en el poder desde los noventa e inaugura la posibilidad de nuevas rutas, nuevos destinos, nuevas formas de hacer política. Difícil no entender las expectativas que engendra un cambio necesario, una sacudida imprescindible. La locomotora en la cual viajábamos estaba sucia, oxidada, y había dejado a la mitad de la población atrás. En el vagón de primera clase los privilegiados abusaban; en el vagón de tercera los olvidados padecían o morían.

Lo bueno de la Cuarta Transformación deriva de entender las ausencias y los abusos del Estado. Lo mejor de los últimos tres meses ha sido el viraje significativo en favor de la paz, en favor de las víctimas, en favor de la verdad. Los "Foros Escucha", el presidente electo presenciando el dolor de quienes siguen en busca de sus desaparecidos o están de luto por sus muertos, Olga Sánchez Cordero hablando de lo que el Estado hizo mal y habrá de reparar. Después de tantos años de indolencia e insensibilidad gubernamental, anima ver a funcionarios que se conmueven ante las lágrimas, en vez de ignorarlas. Después de tantos años de negar la represión y las desapariciones y los feminicidios, alienta saber que llegan al poder personas conscientes del daño que el Estado deja tras de sí. Eso sí es un cambio; esa sí es una transformación. El gobierno que viene abre más los ojos y mira al país de frente. Muestra la voluntad de encarar en lugar de tapar. Muestra el deseo real de abatir la violencia en lugar de esconderla.

Muestra también un compromiso con las causas progresistas que las izquierdas mexicanas han impulsado desde hace años. La primera ley aprobada por el nuevo Congreso garantiza el acceso a servicios del IMSS a las parejas del mismo sexo. La bancada de Morena ha dicho que impulsará la despenalización del aborto a nivel nacional. Hay legisladores comprometidos con la regulación de las drogas -no sólo la mariguana- porque saben que no hay otra forma de cambiar el paradigma prevaleciente de seguridad nacional y pacificar al país. Al presenciar esas posturas, imposible no compartir esa sensación de ir en la punta de la montaña rusa, con los brazos alzados, con ganas de reír, gritar, aplaudir.

Pero instantes después, el descenso en picada. El vuelco en el estómago. El vértigo que produce contemplar el apoyo político de Morena a Manuel Velasco, las declaraciones de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR