50 Años del asesinato de John F. Kennedy. La clave está en la Ciudad de México

AutorLucía Luna

El 10 de abril de 1964, William T. Coleman Jr. y David Slaw-son -los dos abogados de la Comisión Warren encargados de investigar si había una conspiración interna o externa en el asesinato del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy- realizaron un recorrido por la Ciudad de México. Vieron las fachadas de las embajadas y los consulados de Cuba y de la Unión Soviética, la terminal de autobuses por la que presuntamente entró y salió de la ciudad Lee Harvey Oswald en septiembre de 1963, así como el modesto Hotel del Comercio, donde se hospedó y el restaurante adyacente, donde comió.

Después, ambos abogados fueron conducidos a las oficinas de Luis Echeverría, "un poderoso funcionario mexicano que estaba a punto de ser nombrado secretario de Gobernación" y que a la postre sería presidente del país.

Echeverría, quien durante años estuvo cerca de Winston Scott, jefe de la estación de la Agencia Central de Inteligencia (CÍA, por sus siglas en inglés) en México, inició la conversación con Slawson y Coleman compartiendo su "fuerte convicción de que no existió una conspiración extranjera (en el asesinato de Kennedy), por lo menos no una ligada a México".

Coleman y Slawson insistieron. Le pidieron permiso a su interlocutor para entrevistar a testigos mexicanos, en especial a Silvia Duran, una mujer de izquierda que trabajaba en el consulado cubano y al parecer tuvo relación con Oswald después de que acudió a tramitar una visa.

Echeverría habló de la posibilidad de que platicaran con Duran -a quien ya había interrogado la Dirección Federal de Seguridad- sólo unos minutos; pero les advirtió que el encuentro sería informal y lejos de la embajada de Estados Unidos. La razón: El gobierno de México "no podía permitir que los investigadores de la comisión dieran la impresión de que el gobierno estadunidense realizaba una investigación oficial en territorio mexicano".

Coleman bromeó: "Nos gustaría salir a comer con Silvia Duran". Echeverría hizo un comentario de mal gusto. Dijo que "no nos divertiríamos tanto como creíamos, debido a que Duran no era una guapa cubana, sino una mexicana como cualquiera". El encuentro nunca se produjo.

El relato sobre ese episodio se incluye en el libro JFK: Caso abierto. La historia secreta del asesinato de Kennedy, aparecido el 27 de octubre simultáneamente con su versión original en inglés (A Cruel and Shocfeing Act. The Secret History of the Kennedy Assassination), escrito por el periodista de The New Yorfe Times Philip Shenon, por la editorial Random House Mondadori en su sello Debate.

Se trata de una de las muchas publicaciones surgidas con motivo del 50 aniversario del asesinato del mandatario estadunidense el 22 de noviembre de 1963.

Shenon, quien escribió otro libro (The Commission) sobre la comisión que se formó para investigar los atentados del 11 de septiembre de 2001, dice que inició este nuevo texto con reservas, porque "el asesinato de Kennedy es el acontecimiento de la historia moderna sobre el que se ha vertido más tinta". Más de 2 mil títulos, calcula él.

"Como reportero -dice-, normalmente arranco una investigación con la confianza de que, cuando haya terminado, habré obtenido la mayoría de las respuestas que estaba buscando. En este proyecto no me sentía tan confiado." '

Una comisión acotada

Todo partió de una llamada telefónica a la redacción del diario neoyorquino en la primavera de 2008. Quien lo buscaba era un prominente hombre de leyes, que había comenzado su carrera casi 50 años atrás como uno de los jóvenes abogados de la Comisión Warren, que se creó para investigar el asesinato de Kennedy.

"Ya no somos jóvenes...

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