Academia de mañas

AutorPatricia Dávila

A falta de automóviles, realizan prácticas de ascenso y descenso de Carros Radio Patrulla (CRP) con sillas; practican técnicas y tácticas de intervención en estructuras de madera, y "aprenden" a tirar con sólo 50 cartuchos de arma larga y 50 de arma corta. Para el resto de la capacitación reciben fusiles... de madera.

Más intenso y realista es el entrenamiento en corrupción: el permiso para faltar se cobra a 200 pesos por día; los parches que lleva el uniforme se venden a 20 pesos y quien no los compra es arrestado, pero después de cumplir la sanción el mismo pegote ya cuesta 50 pesos. Y cuando los alumnos están en peligro de ser dados de baja, pueden evitarlo si en vez de acudir al adiestramiento van a hacer trabajos de albañilería a las casas de sus jefes y sus preceptores.

Así se forma la Nueva Generación de Policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que renovará a la División de Fuerzas Federales.

Un funcionario de la SSP facilitó a la reportera el acceso a algunas denuncias presentadas por policías terceros ante la Unidad de Asuntos Internos de la dependencia, en las que se revelan las arbitrariedades de las que son objeto.

En agosto pasado, José René Argonza Padilla, de 23 años, un policía tercero inscrito en el curso de formación para ingresar a la Policía Federal (PF), señaló que el 12 de julio anterior le solicitó permiso por escrito a su superior jerárquico Luis Óscar López Alvarado para ausentarse los días 13, 14 y 15 del mismo mes. El oficial, encargado de "RAI-1" en la Dirección de Formación, Adiestramiento y Especialización (DFAE) de la PF, le respondió que no era necesario un permiso por escrito, que fuera y solucionara sus problemas.

El día 16, Argonza se dirigía a la base de operaciones Contel pero el transporte público en que viajaba chocó y él salió disparado al frente y se lesionó el cuello. "Así me presenté con el oficial Óscar López, quien me exigió 600 pesos, 200 por cada día de permiso. Me dijo que no me hiciera pendejo con el supuesto choque. Respondí que no le iba a entrar a su juego de corrupción y que no me estaba haciendo el tonto, que en realidad me sentía mal. Me contestó que como no había nada por escrito me la iba a cuadrar, que él era el jefe y que si yo iba al servicio médico me iba a poner falta".

En esas condiciones fue a revisión médica: "Eran las 9:00 o 9:30 de la mañana cuando el médico de la corporación que me atendió me mandó a la clínica del ISSSTE para que me tomaran rayos X. Acudí y me expidieron la licencia médica 097lM0074027 por un día. Al siguiente, por instrucciones de la doctora tratante, quien detectó cer-vicalgia postraumática no sistematizada, me presenté a mi Unidad Médica Familiar (UMF), en donde me extendieron otra licencia con el número 015lM0690153".

En días posteriores, el policía acudió a su UMF a tres revisiones más y le otorgaron las respectivas licencias médicas, copias de las cuales se integraron en su expediente. Cuando Argonza fue a dejarle la última licencia al secretario policía...

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