Acapulco: un sexenio de sangre

AutorEzequiel Flores Contreras

Chilpancingo, GRO.- Durante los seis años de la administración de Zeferino Torreblanca Galindo, que concluye este 1 de abril, la confrontación entre bandas de narcotraficantes por esta plaza hundió a la entidad en una grave situación de violencia e inseguridad.

Al narcotráfico le bastó este sexenio para hacer de Acapulco, la Joya del Pacífico, uno de los escenarios más sangrientos del país. El drama que se vive en el principal destino turístico de Guerrero sólo puede compararse con el imperante en Ciudad Juárez, Monterrey y Reynosa.

La disputa por las zonas de producción, trasiego y venta de drogas ha evidenciado la ausencia total de autoridad, y la impunidad con que operan las hordas de sicarios exhibe la indolencia gubernamental, así como la implicación de autoridades civiles y Fuerzas Armadas con el narcotráfico.

Durante una reunión con miembros de una asociación civil la mañana del martes 15, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil (SSPyPC) del estado, Juan Heriberto Salinas Altés, dijo que el narcotráfico en la entidad se encuentra fraccionado ante la captura de algunos capos y operadores, aunque persiste la hegemonía de tres grupos –no especificó cuáles–, y agregó que actualmente Acapulco es disputado por dos bandas locales.

La primera de ellas, dijo, está formada por Antonio Barragán, El Melón; Benjamín Flores, El Padrino, y su jefe de sicarios, el exagente de la Policía Ministerial de Guerrero Moisés Montero, El Coreano. Bajo las siglas del Cártel Independiente de Acapulco (Cida), estos sujetos mantienen su bastión en la zona poniente y la franja turística de la costera Miguel Alemán.

El segundo grupo se formó a partir de una escisión del Cida y firma sus narcomensajes como La Barredora. Esta banda es liderada por Heber Jair Sosa Carvajal, El Cremas, y Cristian Hernández Tarín, El Cris, hijo del exlugarteniente del cártel de Juárez Arturo Hernández González, El Chaky, detenido en abril de 2003.

Reportes oficiales consultados por Proceso indican que su campo de acción abarca la zona conurbada de Acapulco, sobre todo las colonias populares Emiliano Zapata, Ciudad Renacimiento, El Coloso, Puerto Marqués, Luis Donaldo Colosio y La Poza.

Los mismos informes señalan que se trata de un grupo de sicarios y operadores locales que formaron parte de la estructura del narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, exlugarteniente del cártel de los Beltrán Leyva, y que decidieron conformar el denominado Cida a partir de la...

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