Acerca de Calderón lo aguardan un juicio penal y la condena política

AutorLa Redacción

De Melane M. Meza Moncayo

Señor director:

Con sumo cuidado e interés leí la entrevista al doctor Diego Valadés que en Proceso 1803 se publicó bajo el título A Calderón lo aguardan un juicio penal y la condena política.

En buena medida coincido con los juicios que el entrevistado emite respecto a las responsabilidades por las cuales habrá de responder el actual titular del Ejecutivo, Felipe Calderón, al finalizar su mandato; por un lado, su responsabilidad política por el saldo de miles de muertos a consecuencia de su estrategia de “guerra contra las drogas”, y por otro, su responsabilidad penal por haber violentado el marco jurídico nacional al difundir propaganda electoral ilegalmente.

Considero que al doctor Valadés le asiste toda la razón cuando señala que la actual Cámara de Diputados debe presentar la denuncia contra el señor Calderón para que la averiguación proceda cuando deje el cargo. No obstante, estimo que hay ciertas circunstancias históricas que desacreditan la crítica del doctor Valadés. En concreto, sus inocultables antecedentes como uno de los principales actores del salinismo. Al respecto, me permito hacer los siguientes apuntalamientos.

En lo personal, encuentro claros puntos de cercanía entre las administraciones de Felipe Calderón y de Carlos Salinas. Ambos llegaron a la Presidencia de la República de manera turbia, con el estigma del fraude manchando los resultados electorales.

En el caso de Carlos Salinas, actualmente se considera una verdad histórica el hecho de que el genuino triunfador en el proceso electoral de 1988 fue el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. De manera análoga, en 2006, se denunció que Felipe Calderón no resultó ganador en el proceso electoral. Aunque no me atrevería a afirmar que el triunfador hubiera sido Andrés Manuel López Obrador –como lo aseveraron sus múltiples seguidores–, es evidente que para el bien de nuestra incipiente democracia lo más adecuado debió haber sido llevar a sus últimas consecuencias el proceso de verificación del resultado de las elecciones, de modo que Calderón no fuera reconocido presidente del modo controversial como se hizo.

La historia ha ubicado en su justa dimensión a Salinas de Gortari como un político que actuó en perjuicio de la nación, favoreciendo sus intereses y los de su grupo. Tras su periodo, el país entró en crisis económica, y mientras el grueso de la población se sumía en el pauperismo, los favoritos del salinismo amasaban fortunas. Un ejemplo es el...

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