Acerca del debate entre Krauze y Ackerman

De José Asunción Luna Ortiz

Señor director:

Desde luego, una es más reaccionaria que la otra: la del escritor Krauze es de la línea conservadora que representa al gobierno del clerical Enrique Peña Nieto, quien defiende los intereses de la gran burguesía y de los empresarios trasnacionales; la del profesor Ackerman es la posición nacionalista de la burguesía mexicana, la cual pretende que el Estado y la economía sean administrados por elementos progresistas que respeten los derechos democráticos emanados de la propia Constitución. Puede decirse que esta última postura es la más avanzada, pero siempre dentro de las mismas reglas del sistema capitalista. Es decir, las dos corrientes coinciden en mantener y alargar la vida del capitalismo, que está en su etapa imperialista y en descomposición.

Las contradicciones ideológicas de los explotadores en verdad no son nuevas. Al terminar la Guerra de Independencia, en la lucha por el poder aparecieron los conservadores, aliados de los ricos y el clero, contra los liberales. Luego vino la confrontación entre monárquicos y republicanos; y hoy, en tiempos modernos, quienes se enfrentan son la derecha y la izquierda. De modo que los liberales, agrupados en la izquierda institucionalizada, aunque lo nieguen, colaboran también con el sistema que oprime a los explotados y al pueblo en general en beneficio de la burguesía.

Estas dos ideologías tienen formas distintas de interpretar el sistema capitalista y de justificarlo; además, subestiman la infinidad de movimientos de protesta que se suscitan en el mundo, porque dicho sistema caduco ya no ofrece bienestar en ningún aspecto para los pueblos; sólo provoca hambre, miseria y crimen organizado en los Estados burgueses.

Krauze dice que si no es aprobada la reforma energética puede precipitarse una crisis que traerá fuertes consecuencias para el país. Se entiende que de ello culparía a la oposición nacionalista, por lo que ésta puede encarar grave responsabilidad.

Al respecto, es de todos conocido que las crisis económicas en el capitalismo son cíclicas y permanentes, y que éstas hay veces que se pueden superar y controlar, pero surgirán otras más profundas que ya no podrán ser controladas, como la crisis mundial que anuncia la proximidad del fin del propio capitalismo. Todas las crisis las provoca la clase burguesa, que con sus contradicciones pone en evidencia la inestabilidad de su régimen.

Cualquiera de estas dos tendencias ideológicas en disputa que...

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