Acoso

AutorMarta Lamas

Reconozco que, aunque existen muchos feminismos con variadas tendencias dentro del movimiento social, distintos postulados del pensamiento político y enfoques diversos de la crítica cultural, la hegemonía en el discurso la tiene una tendencia del feminismo estadunidense: la de las dominance feminists. Esta tendencia utiliza una triada conceptual -inocencia femenina/daño femenino/inmunidad masculina- en su argumentación.

Digo que el acoso sexual es repugnante, pero que algunas denuncias nombran "acoso" a usos y costumbres culturales, como el piropo, así como a intercambios consentidos tipo quid pro quo. Muchísimas denuncias de acoso expresan el malestar y la indignación que provocan prácticas machistas, agresivas o discriminatorias, e interpreto que el clamor ante el acoso es una protesta contra la desigualdad sexista, la doble moral, la discriminación y el machismo, y que es necesario tener claro el problema para combatirlo mejor.

Admito, también que vivimos en un contexto social violento, desigual y explotador. Me preocupa el avance indiscriminado de un discurso puritano y victimista. Este discurso tiene fuerza incluso en espacios donde se esperaría mayor discernimiento, como las universidades. Indudablemente que existen prácticas machistas nefastas de profesores y compañeros, y es indispensable frenarlas. Sin embargo, hacerse justicia por propia mano ha llevado a actos negativos, como el linchamiento público antes de realizar un debido proceso. Hay que tener mucho cuidado con las denuncias y juicios, pues, aunque la mayoría de las querellas suelen ser verídicas, también se cuelan acusaciones falsas o exageradas (existe la subjetividad).

Lamento que la batalla legítima e indispensable contra la violencia sexual se esté convirtiendo en una cruzada moralista que fortalece el paradigma político conservador que representa a todas las mujeres como víctimas potenciales. Sin duda muchísimas mujeres son víctimas; sin duda hay riesgos que mayoritariamente afrontan ellas.

Pero también es cierto que, aunque su número es menor, hay mujeres victimarias y hombres víctimas. Como el discurso social sobre la victimización femenina ha ido en aumento, no se pone atención en la violencia que infligen las mujeres y la que sufren los hombres a manos de otros hombres y también de ciertas mujeres. No se visualiza el panorama completo.

Comparto con varias autoras...

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