Activistas dejan la Alianza por un Gobierno Abierto

AutorMathieu Tourliere

La historia de ese desencuentro se inició en julio de 2016. Durante varias semanas el doctor Simón Barquera, integrante del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y los activistas Alejandro Calvillo y Luis Manuel Encarnación, directores de las organizaciones El Poder del Consumidor y ContraPESO, respectivamente, recibieron en sus celulares varios mensajes sms que contenían un código invasivo de Pegasus, un programa espía desarrollado por NSO Group, empresa israelí que vende sus herramientas de espionaje digital exclusivamente a gobiernos.

Los destinatarios tenían algo en común: los tres habían propuesto un impuesto de 20% a las bebidas azucaradas en 2014 y el 29 de junio de 2016, en los que abogaban por un reforzamiento de la regulación de las industrias refresquera y de alimentos chatarra.

El asunto permaneció en silencio hasta que a principios de febrero pasado el diario The New York Times reveló la trama, lo que motivó preguntas sobre si las herramientas de NSO están siendo usadas para avanzar los intereses comerciales de la industria refresquera de México.

Durante tres meses, la PGR y la Secretaría de la Función Pública (SFP) guardaron silencio. Al principio argumentaron que no abrieron investigaciones de oficio porque no recibieron ninguna denuncia formal de los hechos.

Sin embargo, la Red para la Defensa de los Derechos Digitales (R3D) -una organización que documentó el uso ilegal y descontrolado de los programas espías por parte de las agencias de seguridad mexicanas- afina los detalles de una denuncia que en breve interpondrá ante la PGR "contra quien resulte responsable".

El abogado Luis Fernando García, director general de la organización, estima que la querella pondrá a prueba la voluntad política de la procuraduría, que deberá investigarse a sí misma. Un caso inédito en México en materia de espionaje.

García recuerda que la PGR era una de las dependencias de seguridad que compró el programa espía Pegasus, y más específicamente la Agencia de Investigación Criminal, cuando su director era Tomás Zerón de Lucio (Proceso 2019); la otra es la Secretaría de la Defensa Nacional, que adquirió laciberarmaen 2011.

Pegasus es un malware extremadamente intrusivo, que permite al hackeador tomar el control del dispositivo de su objetivo de manera prácticamente indetectable. Después de una infección, la cámara, el teclado -con ello puede robar las contraseñas-y el micrófono se encuentran a merced del atacante.

La empresa israelí NSO Group...

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