Adiós, 'Pana'

No se le hizo morir en el ruedo, como Manolete, pero casi.

Rodolfo Rodríguez "El Pana" no volvió a caminar después de aquel 1 de mayo pasado cuando, de pie por última vez, recibió la embestida de "Pan Francés", de Guanamé, y cayó de bruces aparatosamente.

Del ruedo de la plaza Alberto Balderas, de Lerdo, Durango, no se volvió a levantar. Un par de días después fue declarado cuadripléjico y finalmente ayer, de un paro cardiaco, falleció en el Hospital Civil de Guadalajara.

Muere el cuerpo, pero no la leyenda del hombre que demostró que para entrar al mundo del toreo no se requiere estirpe o tradición, sino amor al arte.

Ese amor lo llevó a triunfar en el toreo para comprarle una casa a su mamá, pues no hubiera podido hacerlo con sus otros oficios, el de panadero, al que debe su apodo, sepulturero, campesino o vendedor de gelatinas.

Pasó hambre y frío, pero no sed, porque Rodolfo Rodríguez reconoce que se sabía cuándo iniciaban sus borracheras, pero no cuando acabarían. Al final, no podía ni oler una gota de alcohol; no era así como quería morir.

Su amor por la vida y por los toros le permitió revivir, luego de exigir de todas las formas una oportunidad en la Plaza...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR