Adolescentes, nueva "mercancía" de Los Zetas

CIUDAD VICTORIA, TAMPS.- Betzi Ga briela Rodríguez tenía 15 años y la ilusión de pertenecer a la Policía Federal. Su sueño se volvió pesadilla al ser secuestrada por el crimen organizado y terminó cuando un militar la asesinó de siete tiros.

Betzi Gabriela estudiaba tercero de secundaria; estaba becada gracias a sus buenas calificaciones, su promedio era de 9.2 y encabezaba la escolta de su escuela, cuya marcialidad fue reconocida por oficiales de la Octava Zona Militar, con sede en Reynosa, Tamaulipas.

El pasado 10 de marzo comenzó su tragedia. Ese día y frente a la mirada de asustados vecinos fue secuestrada por un grupo de presuntos zetas cuando caminaba por una calle de la colonia Horacio Terán, en esta capital.

Los testigos les contaron del secuestro a los familiares de Betzi, quienes hicieron la denuncia correspondiente en la Agencia Primera del Ministerio Público estatal.

La búsqueda de Betzi -emprendida al mismo tiempo por las autoridades y por amigos y familiares de la muchacha- concluyó 10 días después del plagio. La adolescente había permanecido todo ese tiempo en dos casas de seguridad junto con otras menores también secuestradas por el grupo del crimen organizado que controla Ciudad Victoria: Los Zetas.

La tragedia de la joven siguió cuando sus secuestradores decidieron llevarla a otra casa de seguridad, fuera de la capital tamaulipeca. Fue subida a un auto escoltada por cuatro sicarios. El vehículo iba rumbo a la carretera que va a Monterrey cuando se encontró frente a un retén militar en las afueras de la ciudad.

Los tripulantes ignoraron el alto que les marcaron los soldados y huyeron por la carretera. Fueron perseguidos por dos patrullas militares y dos más de la Policía Municipal, la cual está integrada por efectivos de la Octava Zona Militar.

La persecución se prolongó 12 kilómetros hasta que una de las patrullas embistió al auto de Los Zetas y éste terminó volcado a la orilla de la carretera frente a una procesadora de jugo de naranja, decenas de cuyos trabajadores salieron de la planta y observaron lo ocurrido después de la volcadura.

Uno de los delincuentes abandonó el vehículo y comenzó a correr. Pudo huir entre la maleza pese a que los militares le dispararon y un tiro lo alcanzó en una pierna. Entonces el teniente César Eleuterio Chávez Soto, quien encabezaba esa movilización, se acercó al auto de los delincuen-tes y acribilló a los tripulantes que seguían en su interior. Betzi Gabriela estaba tirada afuera pero con...

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