Los agarran de barquito

Poco duró el gusto a la armada naval y al final prefirieron entregar el puerto al Deportivo Barrera quienes se adjudicaron por 15-5 el título de Campeón de Campeones de la Liga Iztapalapa.

Dos poderosas escuadras se vieron las caras en el Campo Uno del Deportivo Santa Cruz Meyehualco, pero ese poder sólo le duró a los capitaneados por Javier, Bigotón, Barrera, quienes en la sexta entrada definieron la conquista.

Con un buen pitcheo de Barrera y Vicente Ramírez, una destacada actuación del parador en corto, Arturo Alva, quien se destapó con seis carreras impulsadas, los atletas llegaron en paz.

Sin embargo la navegación no fue fácil, tuvieron en contra momentos de tempestad, donde las olas azules estuvieron apunto de hacerlos naufragar, pero los porta aviones de la Marina, no aguantaron y se hundieron primero.

El sabor al duelo campeonil, lo pusieron las porras, principalmente, la de los marineros, ya que las mujeres, desde las gradas apoyaron en todo momento con sus gritos especiales, ya que el acento jarocho le puso más alegría a la batalla.

La batalla en las gradas también tuvo lo suyo, ya que la porra de Marina entabló un duelo con el más gritón del Barrera, el famoso Morena, quien con sus gritos y bailes sensuales contagió a todos, es más, La Morena ganó la guerra de los gritos y se deleitó ensuciándose cuando de alegría por la victoria se barrió en home.

Y para no quedar fuera de la historia, el ampayer principal tuvo su capítulo aparte, con unas decisiones, que aunque no afectaron en el desenlace, si puso a brincar a espectadores y jugadores, incluso el Bigotes por poco y se lo come vivo.

Así fue la historia de un partido de beisbol donde Marina se puso arriba con tres carreras desde la primera entrada, gracias a un batazo de vuelta entera del lanzador, Adolfo Cruz, pero el mismo Cruz no pudo brillar en la loma y el parte baja de la segunda recibió 5 carreras.

Tuvo que aparecer Armando Ruiz en la loma para tratar de detener a los bombarderos del Barrera, y casi lo consigue, colgó tres ceros, pero en la sexta baja, después de que su equipo había logrado empatar la pizarra tuvo que abandonar.

Después nadie pudo detener a la batería de la muralla deportiva, menos a Alva quien estaba incontenible en el bat, y cada vez que se paraba en el plato todos temblaban, porque el también conocido como El Gato, con dos hits, uno impulsor de tres carreras y otro de dos dejó en claro que no...

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