Ahogado de la risa

Para los que después de llenarse de alcohol y comida ayer se proponen, ahora sí, cumplir sus propósitos, va el chiste de hoy.

Don Chucho, reflexionando luego de comerse lo último del recalentado navideño, recordó aquel dicho de "Año Nuevo, vida nueva". Entonces decidió que el 2015 sería su año, y comenzó a escribir sus propósitos de Año Nuevo.

"Prometo dejar de fumar", apuntó y luego apagó el cigarro en el cenicero que se balanceaba sobre su panza.

"Prometo dejar beber", escribió. Miró la botella de su tequila favorito, a la que todavía le quedaba para un par de caballitos y aseguró que sería la última botella que compraría.

"Prometo no volver a decir mentiras y decir la verdad aunque no me convenga." Sonrió.

"Prometo trabajar durante 14 horas al día y no perder el tiempo jugando dominó con los amigos. Llegar a casa a las seis para dedicar tiempo a mi mujer y a mis hijos." Ensanchó un poco más la sonrisa inicial.

"Prometo no mirar a las chicas hermosas que cruzan por mi camino, sin importar lo buenas que estén o lo corta que sea su falda." Estuvo a punto de borrar esto, pero resistió la tentación. Siguió anotando.

"Prometo ir a misa los domingos y confesarme una vez al mes." Sonrió con beatitud.

"Prometo pagar mis deudas. Prometo hacer ejercicio en un gimnasio y correr por las mañanas", añadió a su lista.

"Prometo salir de viaje con mi esposa la primera semana de enero", concluyó.

Miró su lista con orgullo. Pensó en ir a una agencia de viajes y arreglar su segunda luna de miel, pero en ese momento sonó su celular.

-¿Bueno?

-¡Compadre, menos mal que te encuentro! Me gané dos boletos para el festival del tequila y el...

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