Ahogado de la risa

Para aquellos que les encantan los cuernos, sobre todo ponerlos, les dejamos estos chistes taurinos:

Luego de dos meses sin tener sexo, una mujer desesperada acude con un sexólogo:

-¡Ayúdeme, por favor! Necesito algo que ponga a mi marido como un toro.

El especialista le dice:

-Bueno, pues acuéstese en la camilla, ¿le parece bien si empezamos por los cuernos?

Después de una faena, un torero llega a su casa todo apaleado y con su traje de luces hecho trizas y ensangrentado. Cuando lo ve su esposa, muy espantada, le pregunta:

-¿Qué pasó, viejo, te cogió el toro?

El esposo contesta:

-Pues fue lo único que le faltó al hijo de la chingada.

Dos toreros están hablando en un bar:

-Mira, Manolo, pues yo le debo la vida a un quite, le hice un quite de verónica espectacular al toro y gracias a eso sigo en este mundo- dice uno.

-Pues mira, Joselillo, yo también le debo la vida a un quite. Le hice un quite de chicuelina a un bestión y gracias a eso, viví para contarla.

Un borracho escucha la conversación y los interrumpe:

-¡Yo también le debo la vida a un quite!

Los matadores le preguntan:

-¡Qué sorpresa! ¿Usted también es torero?

El borrachín contesta:

-¡Nooo! Pero yo le debo la vida a un quite de calzones que mi papá le hizo a mi madrecita santa.

Una pareja de novios van por el campo. Ella lleva puesto un vestido rojo.

Entonces, se les aparece un toro y, al verlo, la joven se queda petrificada, mientras su novio se echa a correr.

Ya trepado en un árbol, le dice la muchacha:

-¡Quítate el vestido! Así no te entrará.

La joven se quita el vestido y se queda en calzones y brasier, también escarlatas.

...

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