Ahogado de la risa

La rivalidad que hay entre un ingeniero y un abogado siempre se puede arreglar civilizadamente... seh.

Dos abogados iban en un vuelo a Nueva York, uno sentado junto a la ventana y otro en el asiento del centro. Antes de despegar, un ingeniero se sentó junto a ellos y se quitó los zapatos, dispuesto a dormir.

De repente, el hombre sentado junto a la ventana hizo señas a su amigo para comenzar a molestar al ingeniero que no les cayó naaada bien.

-Híjole inge, creo que lo voy a molestar, es que necesito salir porque me dio una sed que no imagina, necesito ir por un refresco.

-No hay problema, -dijo el ingeniero gentilmente- yo se la traigo.

En cuanto el hombre taaan amable fue por el refresco, uno de los abogados tomó su zapato y escupió dentro.

Al regresar, el ingeniebro trató de dormir, pero el otro abogado se propuso no dejarlo conciliar el sueño.

-Ay, yo creo que también voy a ir por un refresco, ¡ya se me antojó!

Nuevamente el ingeniero se levantó para ir por la bebida y (¡adivinaron!) aprovechando ese momento, el otro abogado escupió dentro del otro zapato.

Cuando el buen samaritano regresó todos se sentaron en silencio por un buen rato, pero al aterrizar el ingeniero se puso los zapatos y descubrió lo que había pasado, por lo que muy molesto les dijo:

-¿Hasta cuándo va a seguir esto?, este celo entre nuestras profesiones... ¡Unos escupiendo en los zapatos y otros orinando en los refrescos!

Una empresa a punto de quebrar tuvo que contratar un nuevo gerente general, quien llegó con la determinación de hacer cambios. El primer día hizo una inspección detallada en la empresa.

En la planta todos estaban trabajando, pero un muchacho estaba...

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