Ahogado de la risa

Algunas confesiones son buenas para el alma, excepto aquellas que traen mucama de por medio:

Un día iba un chico a su casa y le dice a su papá:

- Papá, me he enamorado y me quiero casar.

- ¿Ah, sí, con quién? -pregunta el hombre.

- Con Anette, la enfermera del hospital.

- Hijo -dice el hombre compungido-, no puedes casarte con ella. Es que, es mi hija ...de una de mis aventuras.

El hijo decepcionado salió de la casa. Unos días meses más tarde le vuelve a decir a su padre:

- Papá he encontrado a mi amor definitivo, ¡estoy muy feliz!

- Ah, que bueno, ¿y quién es?

- Manuela, la que trabaja en el mercado -responde el joven.

- Hijo... no puedes tampoco con ella. Es que antes yo era así... también es mi hija.

El hijo en extremo enojado, va a su cuarto; la mamá había escuchado todo y fue a verlo

- Hijo, cásate con quien quieras, total, ni es tu papá.

En una feria, un hombre se topa con la tienda de campaña de una adivina. Pensando en pasar un buen rato, entra en ella y se sienta.

- Puedo ver que es padre de dos niños -dice la vidente-, mirando su bola de cristal.

- ¡Ajá! Eso es lo que usted cree -contesta el hombre con desdén-. Soy padre de tres.

- ¡Ajá! -dice la adivina- ¡Eso es lo que usted cree!

Un hombre ve a uno de sus amigos con dos botellas de DIOR (Perfume Caro), desconcertado, le pregunta:

- ¿De quiénes son estas botellas que cuestan tanto?

- ¡Es para mi madrastra!

- Entonces quieres mucho a tu madrastra.

- No, eso nunca, ella dijo que daría la mitad de su vida por una de estas...

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