Ahogado de la risa

Ahí les van unos cuantos de indios y vaqueros. Agárrenlos para que lloren... pero de la risa:

Dos indios que vivían en la pradera con su familia, se pasaban todo el día peleándose por los caballos.

- Es mi caballo.

- No, es mío, el tuyo es el otro.

- Que no, que este es el mío y el otro es el tuyo...

El padre indio, cansado de las disputas, un día se acerca a uno de los caballos y le corta una oreja. Les dice a sus hijos:

- El caballo con oreja es tuyo, y el caballo con dos orejas es el tuyo.

Pero durante una guerra contra la tribu vecina, el caballo con dos orejas recibe un hachazo y pierde también su oreja.

De nuevo comienzan las disputas:

- Es el mío.

- Que no, es el mío...

El padre indio de nuevo se acerca a uno de los caballo y le corta la otra oreja.

-El caballo sin orejas es tuyo, y el caballo con una sola oreja es el tuyo.

Pero por desgracia, el otro caballo, en otra guerra también pierde su oreja.

De nuevo, los chicos comenzaron a discutir por saber de quién era cada uno de los caballos.

La madre india cansada de tanta disputa, se acerca a los hijos y les dice:

- ¡Ya basta de discusiones! A partir de ahora, el caballo negro será para ti y el blanco para ti.

Ahí tienen que un vaquero encuentra a un indio acostado a la orilla del camino con la oreja pegada a tierra.

Extrañado por esta costumbre india, le pregunta qué pasa. El indio le contesta:

- Carreta grande, cuatro ruedas, cuatro caballos, carreta llevar hombre blanco, rifle en brazos, al lado hombre...

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