Ahogado de la risa

Para algunos, llegar a la farmacia y pedir un condón puede resultar toda una odisea o un verdadero chiste. Aquí algunos ejemplos:

Un joven llega a la farmacia a pedir un condón y con toda la vergüenza del mundo le dice a la encargada:

- Señorita, me da un condón, por favor.

A lo que la encargada, que parece nueva, le contesta:

- ¿De qué tamaño? - No sé..., dice apenado el joven. - A ver, sáquelo y póngalo en la palma de mi mano.

El joven se lo saca y lo pone en la mano de la encargada, que lo empieza a palpar y le grita a su ayudante:

- ¡Pásame un condón del 5!

Interrumpe su petición y vuelve a gritar

- ¡No, espérate, del 7... no, que sea del 9... no, no, no del 10... chin, mejor pásame un pañuelo!

-¡María! Me compré condones de sabores.

-Qué bueno, le contesta ella.

-Vamos a jugar. Apaga la luz y adivina el sabor. -Mmm... ¡Sardina con queso!

-No... ¡Espera a que me lo ponga!

Un sujeto entra muy apenumbrado a una farmacia y le dice a la encargada:

-Hola. ¿Tiene condones negros?

-Pues... no... ¿Para qué los quiere?

-Es que un amigo murió y quiero darle el pésame a la viuda.

Entra un chavo a una farmacia y le dice al encargado:

- Hola. Me da un condón, por favor.

Y el farmacéutico le contesta:

- Oiga, por favor, que hay aquí dos señoras presentes.

A lo que el muchacho contesta:

- Bueno, pues entonces deme tres.

Un hombre le dice a su novia:

-Esta noche lo vamos ha hacer.

La chava le contesta:

-No, porque ando en mis días.

-No pasa nada, yo me pongo el...

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