Ahora, el cerco judicial

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- El expresidente francés Nicolas Sarkozy y su esposa Carla Bruni pasaron unos días de descanso en una misteriosa mansión a las afueras de Marrakech, en Marruecos. Salieron discretamente de París el 16 de mayo, apenas un día después de la toma de posesión del nuevo presidente François Hollande.

Luego, el 2 de julio, viajaron a Canadá invitados por Paul Desmarais, empresario millonario muy influyente de Quebec que los atiende en su castillo de Sagart, al norte de Montreal. Es un lugar rodeado por lagunas y bosques en el que Sarkozy podrá recargar baterías.

Lo va a necesitar: el 16 de junio expiró su inmunidad como presidente y ahora está a merced de jueces que instruyen distintos casos de corrupción en los que podría estar implicado directa o indirectamente.

El primero en manifestarse fue el magistrado Jean-Michel Gentil: el pasado 3 de julio este juez austero, asesorado por 10 policías de la unidad de lucha contra la delincuencia financiera, realizó un registro en el bufete de abogados de Arnaud Claude, del que Sarkozy es socio; en las flamantes oficinas puestas a su disposición por el Estado francés -privilegio de todos los expresidentes-, así como en el lujoso domicilio privado de Carla Bruni, en el que vive la pareja.

El juez Gentil tiene la responsabilidad poco envidiable de desenredar el "affaire Bettencourt" que lleva dos años causando escándalo: gigantescos fraudes fiscales, corrupción, abuso de confianza, robo, estafa, desvío de fondos, despiadados conflictos familiares y, sobre todo, graves sospechas de financiamiento ilegal a la campaña presidencial de Sarkozy en 2007.

Espionaje familiar

Liliane Bettencourt, principal accionista del grupo L'Oréal, posee la tercera fortuna más importante de Francia. Cumplirá 90 años en octubre próximo. Enviudó en 2007 y tiene sólo una hija, Françoise Bettencourt Meyers, con quien nunca se llevó bien. La guerra entre madre e hija alcanzó su clímax cuando ésta le pidió al mayordomo de aquélla que grabara las conversaciones de la millonaria con personas de su entorno.

Françoise buscaba demostrar ante las autoridades judiciales que François-Regis Barnier, un fotógrafo mundano, aprovechaba la incipiente senilidad de su madre para extorsionarla. No se equivocó: con el paso del tiempo se demostró que el vividor la había despojado, entre otras cosas, de un millón de euros. Además la justicia investiga operaciones financieras del administrador de bienes de Liliane Bettencourt.

Pero el espionaje familiar salió por completo de las manos de Françoise: el 16 de junio de 2010 Mediapart, periódico electrónico de investigación, publicó la transcripción de algunas de esas grabaciones secretas. Nada ni nadie pudo entonces parar el torrente de revelaciones explosivas que esa publicación desencadenó. La justicia empezó a interrogar al personal de la millonaria, así como a hombres de negocios y políticos que la visitaban. Desde hace dos años los medios de comunicación se apoderaron de esta historia escabrosa que rebasa cualquier ficción.

El "affaire Bettencourt" tiene múltiples ramificaciones. Las más graves son las políticas: varios testimonios tienden a demostrar que Sarkozy solicitó y se benefició de la "generosidad" de la millonaria para financiar su campaña presidencial en 2007.

Los resultados de una comisión rogatoria internacional lanzada por la justicia francesa confirmaron dos retiros sucesivos en efectivo -de 400 mil euros cada uno- de las cuentas bancarias en Suiza de Liliane Bettencourt. El primero se realizó el 5 de febrero de 2007, dos días antes de una cita entre Patrice de Maistre, administrador de la fortuna de la millonaria, y Eric Woerth, entonces tesorero de la campaña presidencial de Sarkozy. El segundo se efectuó el 26 de abril de 2007, entre las dos vueltas de la elección presidencial. De Maistre reconoció haber retirado ese dinero, pero aseguró que desconocía las intenciones de Liliane Bettencourt y de su esposo André, quien falleció en ese mismo año.

Según Mediapart el juez Gentil dispondría de indicios que le permiten pensar que Sarkozy visitó a la pareja en ese periodo. El problema del magistrado es que aún no tiene suficientes...

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