Ahora no saben cómo reunir a niños migrantes con sus familias

AutorJ. Jesús Esquivel

WASHINGTON.- Los intereses político-electorales del Partido Republicano, más que la denuncia mundial por las imágenes desgarradoras de niños llorando en la oscuridad de la frontera con México o de otros encerrados en jaulas, obligaron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a retractarse de su estrategia discriminatoria y racista de inmigración.

El arresto de menores de edad y separación de sus padres o de los adultos que los acompañaban al momento de ser detenidos como indocumentados en la frontera sur estadunidense fue una política premeditada que forma parte del combate migratorio con "Tolerancia Cero" diseñada por Trump.

Desde el arranque de su gobierno -el 20 de enero de 2017-, Trump no ha dejado de hacer proselitismo en busca de su reelección y del dominio político de los republicanos, con énfasis en la intolerancia hacia los inmigrantes.

El clamor de construir un muro en la frontera sur para detener el flujo de indocumentados y de drogas no le ha sido suficiente para sus ambiciones políticas. La oposición demócrata en el Congreso federal y la cordura de algunos republicanos, quienes temen consecuencias electorales, lo han contenido.

En los 17 meses de su gobierno no ha habido una semana sin que Trump hable o escriba en su cuenta de Twitter sobre la necesidad de contener con todo lo que se pueda a los indocumentados en la zona limítrofe con México.

En septiembre del año pasado anuló el Acta para los Llegados en la Infancia (DACA), el cual otorgaba un permiso de trabajo temporal y de residencia renovable a más de 700 mil indocumentados que fueron llevados a Estados Unidos siendo menores de edad.

Trump se deslindó de la responsabilidad del DACA, delegando al Congreso federal resolver el limbo laboral y de residencia de los inmigrantes conocidos como dreamers (soñadores).

La celebración de las elecciones federales de medio periodo del próximo 6 de noviembre será el gran plebiscito a la presidencia de Trump por parte de los estadunidenses. En esa fecha también se definirá la composición ma-yoritaria partidista de la Cámara de Representantes y del Senado federal; ambos recintos, actualmente en manos de los republicanos.

La impopularidad de Trump entre los ciudadanos no ha dejado de crecer desde que llegó a la Casa Blanca, ni las condenas a sus estrategias migratorias, sobre todo entre la comunidad hispana. Los demócratas quieren aprovecharse de eso y no harán nada antes de noviembre ni por los dreamers ni por ninguna legislación de seguridad fronteriza.

En mayo pasado, y con la idea de que su denostación contra los mexicanos y su insistencia de cerrar la frontera sur son garantía de victoria electoral, Trump aplicó la estrategia de Tolerancia Cero por medio de su procurador general, Jeff Ses-sions, un exsenador republicano y exfiscal federal de Alabama, reconocido por su racismo y repulsión a los indocumentados.

Sustentado en una decisión judicial de 1997, Sessions ordenó a los agentes de inmigración estacionados y que vigilan la...

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