Alaíde Foppa: 40 años

AutorMarta Lamas

Alaíde llegó exiliada a México con su marido, Alfonso Solórzano, después del golpe de Estado contra Jacobo Árbenz en 1954. Aquí construyó una rica vida intelectual, con un gran compromiso político con Guatemala, mismo que impulsó a tres de sus cinco hijos a luchar contra la injusticia social entrando a la guerrilla: Silvia, la médica; Mario, el sociólogo y Juan Pablo, el más pequeño. En 1980 la noticia de la muerte en combate de Juan Pablo la afectó profundamente, y también a su marido, quien muy deprimido cruzó imprudentemente Insurgentes y murió atropellado por un autobús. Alaíde llevaba rato queriendo cambiar de vida, y el casi suicidio de Alfonso le permitió tomar ciertas decisiones para profundizar su compromiso con la lucha en la que participaban tres de sus hijos. Aunque desde hacía tiempo ella era activista de la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión (Aimur) y de Amnistía Internacional, en una reunión en Nicaragua con los sandinistas se comprometió a viajar por Europa dando conferencias y consiguiendo recursos para la guerrilla guatemalteca. Esa fue, probablemente, la razón por la cual la secuestraron, torturaron y desaparecieron.

Cuando en diciembre de 1980 salió de la Ciudad de México a pasar el fin de año con su madre, doña Julia Falla, de noventa y pico años, se sentía protegida porque un cuñado suyo era ministro del gobierno.

En agosto de ese año ella había viajado a la ciudad de Guatemala a llevar las cenizas de Alfonso y la recibió ese hermano de su marido. ¿Cómo iba ella a imaginar en el segundo viaje que su vida estaba en riesgo? Pero al llegar a la casa materna en Guatemala, Alaíde recibió una llamada de su hijo Mario, que estaba clandestino en la guerrilla, conminándola a que se asilara en la embajada de México. Ella no calibró lo urgente y grave de su situación y decidió pasar antes al mercado, donde la interceptaron y secuestraron junto con su chofer, Leocadio Actún Shiroy.

Su desaparición causó conmoción entre sus múltiples amistades, aquí y en Europa: escritores, artistas y figuras políticas. Elena Poniatowska, José Luis Balcárcel, Mario Monteforte Toledo y Luis Cardoza y Aragón hicieron llamados al gobierno de López Portillo para que intercediera por la vida de la escritora. Un grupo formado por Jorge Carpizo, Gastón García Cantú, Leopoldo Zea, Juan José Bremer y Socorro Díaz hizo la valiente oferta de volar a Guatemala para presionar a las autoridades. Sin embargo...

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