Ante Alemania el Tri mostró su verdadero nivel

AutorRaúl Ochoa y Beatriz Pereyra

El colombiano Juan Carlos Osorio no termina de encajar en el futbol mexicano: los resultados obtenidos desde que inició su proceso en octubre de 2015 no le alcanzan para acallar las críticas de las que históricamente ha sido blanco. A esa animadversión contra el seleccionador nacional se suma la derrota de 4-1 ante Alemania en la semifinal de la Copa Confederaciones, que reactivó las voces de quienes piden su cabeza.

A Osorio le llueven los reclamos por el sistema de rotaciones con el que maneja a sus jugadores. No tiene un 11 inicial, rota a los jugadores de sus posiciones habituales, el parado de su equipo depende del análisis del rival que enfrentará; no suelta su libreta ni los dos bolígrafos con los que hace anotaciones durante cada encuentro.

Estas decisiones le han comprado la desaprobación del medio especializado. La goliza 7-0 propinada por Chile en la Copa América Centenario en junio de 2016 sembró las primeras dudas, a pesar de que fue la primera derrota del colombiano en 22 juegos. México nunca había sufrido una derrota tan deshonrosa desde el Mundial Argentina 78, cuando Alemania le endosó un 6-0.

Después de José Manuel de la Torre, Osorio es el único director técnico nacional que en 27 partidos obtuvo 20 triunfos. Su marca es ligeramente mejor que la del Chepo: dos derrotas y cinco empates, contra tres y cuatro del mexicano.

Durante la Copa Confederaciones Rusia 2017 los cuestionamientos se recrudecieron como consecuencia de que en los tres encuentros México comenzó perdiendo. Al cabo de la fase de grupos empató con Portugal, campeón de Europa, derrotó a Nueva Zelanda y al anfitrión Rusia.

En todos los juegos remontó para sumar puntos. El tono de la crítica no cambió: las rotaciones y la ausencia de un 11 base generan inestabilidad; están matando al equipo mexicano.

El 29 de junio, ante Alemania, la selección mexicana sumó una derrota más ante Die Mannschaft: cinco derrotas en cinco partidos desde 1978 a la fecha. La prensa especializada le exigió a Osorio el triunfo, el resultado histórico ante un representativo nacional calificado como “equipo B”. Se le pidió que consiguiera lo que ningún otro entrenador, extranjero o mexicano, ha obtenido ante Alemania.

Pero el 4-1 confirmó lo que ya se sabe: ante rivales grandes México es incapaz de resolver, su nivel es el de la Concacaf, confederación en la que es líder con 14 puntos en la eliminatoria mundialista, y prácticamente ya aseguró su boleto a Rusia 2018.

La posición de Osorio en el banquillo de la selección nacional oscila entre el mundo de los números –que lo avalan– y el de la percepción –que lo aplasta–. Frente a Alemania, el entrenador colombiano tuvo una oportunidad de trascender y silenciar las críticas. La derrota lo deja, otra vez, mal parado. El 4-1 luce como la versión 2017 del 7-0.

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