Alexei Navalny, claroscuros de una vida en la oposición

AutorAnton Troianovski/The New York Times

MOSCÚ.- La primavera pasada, mientras se resguardaba por la cuarentena del coronavirus en su departamento, Alexei Navalny, líder de la oposición rusa, se veía inusualmente inactivo; su arma más potente contra el Kremlin, las protestas callejeras, estaba fuera de la mesa por la pandemia.

Aun así Navalny sintió que el poder del presidente Vladimir Putin podría estar entrando a su casa. Operando desde su sala, en lugar del elegante estudio de Moscú que había usado antes, publicó videos en los que arengaba al mandatario ruso por no haber logrado manejar la crisis del corona-virus y dejar a sus compatriotas luchando solos, mientras la economía sufría.

Como una premonición de que la pandemia podría convertirse en un catalizador político, la audiencia de los videos de Navalny en YouTube se triplicó y llegó a 10 millones de espectadores por mes.

"Putin no puede manejar toda esta locura, y puedes ver que está totalmente fuera de lugar", dijo Navalny en una entrevista en mayo. "Seguimos golpeándolos donde más les duele".

Metódico e intransigente, Navalny, de 44 años, ha pasado casi la mitad de su vida tratando de derrocar a Putin. A menudo considerado grosero, brusco y hambriento de poder, incluso por otros críticos del Kremlin, persistió mientras otros activistas de la oposición se retiraron, emigraron, cambiaron de bando, fueron a prisión o fueron asesinados. Se convirtió cada vez más en una lucha profundamente personal para Navalny y su familia, así como para Putin y toda Rusia, intensificándose año tras año.

Pero con su atrevido regreso a Rusia después de sobrevivir a un intento de asesinato el verano pasado, y con una larga sentencia de prisión casi segura, Navalny se ha transformado. Ya no es el "tábano", es ahora un símbolo internacional de resistencia a Putin y la élite del Kremlin, el líder de un creciente movimiento de oposición.

"Está preparado para perderlo todo", dice el economista Sergei M. Guriev, un confidente de Navalny que huyó a Francia en 2013 después de estar bajo presión del Kremlin. "Eso lo hace diferente a todos los demás".

Prisión provechosa

Navalny está ahora tras las rejas, después de haber sido sentenciado este mes a más de dos años de prisión por violar la libertad condicional en una condena por malversación de fondos en 2014, que el tribunal de derechos humanos más importante de Europa dictaminó que tenía motivaciones políticas.

Sin embargo, incluso bajo custodia ha aprovechado el momento. Dos días después de su arresto en un aeropuerto de Moscú, el pasado enero, su equipo publicó un informe -visto más de 100 millones de veces en YouTube- sobre un supuesto palacio secreto construido para Putin. Dos semanas después, desde su celda...

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