Un amasijo de conflictos... que se articuló

AutorPedro Matías y Arturo Rodríguez

Hasta el pasado diciembre Oaxaca acumulaba 31 conflictos sociales –además de la resistencia magisterial a la reforma educativa–, lo cual convierte a la entidad en la segunda más conflictiva del país, sólo superada por Chiapas.

Un informe de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, de la Secretaría de Gobernación, había hecho un balance pormenorizado donde destacaban 15 conflictos relacionados con proyectos mineros o energéticos.

La instancia federal apuntaba que en la mayoría de los casos el origen de los conflictos se ubica en la falta de reconocimiento a los derechos indígenas y explicaba que la ausencia de garantías había “configurado un escenario de confrontación, gestando conflictos en las comunidades donde no se resolvían los ya existentes”, con lo que se afectaba “gravemente a los pueblos y la gobernabilidad democrática”.

Esos conflictos no estaban articulados.

Ahora, con el añadido de las inconformidades por el proceso electoral del pasado domingo 5, la movilización de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) contra la reforma educativa y los saldos del conflicto de 2006, todos terminaron embonando desde hace semanas, y en especial tras lo ocurrido en Nochixtlán el pasado domingo 19, advierte Miguel Ángel Vázquez de la Torre, del comité directivo de la organización civil Educa.

Vázquez de la Torre lo explica: las elecciones terminaron con el regreso del PRI y cancelando la incipiente alternancia en la entidad, dejando una percepción de fraude en ciertos sectores de la población que, sin embargo, no encontraron una fuerza que catalizara su inconformidad.

Otro aspecto tiene que ver con las otras reformas estructurales y su impacto en Oaxaca. Si bien dichas reformas son complejas y no se expresan como tales en las comunidades, sí hay oposición a las consecuencias de dichas reformas. Es el caso de la de telecomunicaciones, a consecuencia de la cual sólo en lo que va de 2016 la Policía Federal ha decomisado transmisores y equipo de cinco radios comunitarias. Y naturalmente la energética. Junto con Oxfam, Educa estudió el impacto de los proyectos energéticos en Oaxaca y sus conclusiones son devastadoras. Las inversiones en la refinería de Salina Cruz, los parques eólicos y las minas, lejos de generar desarrollo provocaron una profunda desigualdad.

Un tercer aspecto, considera Miguel Vázquez, es que “hay una línea de transición de 2006 que polarizó a la sociedad oaxaqueña, estigmatizó no sólo a la CNTE sino a todas las organizaciones sociales, provocando encono, odio, señalamientos y estigmas”.

Dos...

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