AMLO y Ejército: La traición civilista

AutorErubiel Tirado

En la reciente celebración del Día del Ejército (19 de febrero), el presidente Andrés Manuel López Obrador pronunció un breve y críptico mensaje que debería aclararse por el bien de la República.

Hay elementos de cambio que preocupan en las nuevas formas que adopta la relación del presidente con los militares: la congregación en el Zócalo, su espacio público por excelencia que el atavismo presidencial actual reserva en exclusiva para sí y sus celebraciones. Es la primera vez que se festeja ahí a los militares, siendo que es un escenario de pleitesía presidencial por excelencia. La relevancia no radica en un espacio que no tiene patente exclusiva de uso civilista y menos en este régimen que, hasta ahora, ha placeado a los militares, marinos y a la Guardia Nacional en desfiles y representaciones marciales para reiterar la renovada simbiosis del Ejecutivo con su fuerza castrense.

El simbolismo es preocupante por las palabras presidenciales que recuerdan, por un lado, el maniqueísmo echeverrista que aludió, en algún momento, al supuesto golpismo militar que fue conjurado hacia el final de su mandato; y por otro lado el agradecimiento de López Obrador a los militares supone, sin ambages, un sojuzgamiento civil del que no se tiene memoria en la retórica presidencial mexicana.

Otro matiz importante del nuevo arreglo político-militar en el presente gobierno es el cambio protagónico de las expresiones que solían dejarse sólo a las Fuerzas Armadas y que en las últimas décadas eran aprovechadas para demandar su revaloración en el entramado histórico e institucional mexicano. Fue el caso de aquel "discurso del perdón" que hiciera el titular de la Sedena en el sexenio de Vicente Fox, aludiendo al papel represor del ejército en las décadas anteriores, a propósito de los hechos de 1968.

Ya en la distancia y en otro contexto de empoderamien-to, en septiembre de 2018 la Sedena afirmaba sin empacho que su actuación en la matanza estudiantil se hizo ¡respetando los derechos humanos! Ahora, el comandante supremo, en sus múltiples agradecimientos, señaló que si ha habido cuestiona-mientos a su actuación -como durante la llamada "guerra contra el narco" de Felipe Calderón-, la responsabilidad no es de los militares, obviando así un principio de imputabilidad en el marco del derecho internacional humanitario.

El escenario y el discurso presidencial sin identificar los ejes y personajes de la conjura golpista a la que ha aludido, no sólo el día de le celebración...

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