AMLO, el uso político de los casos de corrupción

AutorArturo Rodríguez García

El objetivo está declarado: se trata de que "el pueblo" conozca cómo era "el modus operandi de la corrupción en el periodo neoliberal", según el presidente Andrés Manuel López Obrador que, a partir del pasado 2 de julio, convirtió los asuntos judiciales respecto del exdirector de Pemex Emilio Lozoya Austin en referencia cotidiana en sus apariciones públicas. Ese objetivo, ha dicho de manera reiterada, se ubica al mismo nivel de importancia para su gobierno que el de recuperar recursos "para devolverle al pueblo lo robado", pues, advierte, la justicia corresponde a la Fiscalía General de la República (FGR) y a las decisiones que tome el Poder Judicial, que, sin embargo, apenas inicia los procesos en los que el exfuncionario del peñanietismo es imputado, denunciante y testigo colaborador.

Un día antes de esa referencia al caso, López Obrador celebró el segundo aniversario de la elección que lo llevó a la Presidencia; en tanto, el 30 de junio, el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, había hecho pública la decisión de Lozoya Austin de dejar de litigar su extradición y aportar pruebas sobre la corrupción ocurrida entre 2013 y 2015, el periodo en el que estuvo al frente de Pemex, por lo que la declaración presidencial del 2 de julio fue la primera reacción al anuncio.

A tres meses de haber dictado las medidas de distancia social y el consecuente deterioro de la economía, con indicadores de letalidad al alza por la epidemia y una serie de confrontaciones declarativas con gobernadores de oposición, cámaras y organismos empresariales y colectivos de la sociedad civil por diversas temáticas, esos días coincidieron con sus mínimos de aprobación histórica, de acuerdo con diferentes encuestadoras.

La encuesta más negativa fue realizada por Gea-Isa que, en su resultado publicado el 2 de julio por el diario El Financiero, fijó en 42% la aprobación presidencial. En su medición, consulta Mitofsky, publicada en El Economista, estableció en 46.9% la aprobación, que siendo más benigna asentaba también un mínimo histórico. Esos y otros ejercicios, inclusive los que le daban mejor posición, colocaban la aprobación apenas por encima de 50%, cuando un año antes, en julio de 2019, en todas superaba 70% y en algunos casos el indicador ascendía hasta 80%.

Si bien es cierto que de lunes a viernes, desde que inició la administración, el presidente López Obrador suele referirse varias veces al día a la corrupción de lo que designa "el periodo neoliberal", así como sus "adversarios", los conservadores, conforme avanzó julio el caso Lozoya fue abordado una y otra vez por el mandatario.

El 13 de julio, por ejemplo, se refirió, como reiteradamente lo ha hecho, a la compra presuntamente fraudulenta de la empresa Agronitrogenados, un complejo chatarra por el que Pemex habría pagado 200 millones de dólares en demasía a Altos Hornos de México, cuyo presidente, Alonso Ancira Elizondo, también es requerido por la justicia mexicana y enfrenta juicio de extradición en España.

"De acuerdo a lo que...

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