La apuesta formativa de Morena

AutorJohn M. Ackerman

El IFP será dirigido por Rafael Barajas, El Fisgón, y formaremos parte de su Consejo Directivo Paco Ignacio Taibo II, Pedro Miguel y un servidor, entre otros.

Nunca antes en la historia de México ha existido un partido que haya hecho una apuesta tan clara a favor de la formación de sus militantes. Es probable incluso que jamás haya existido un instituto político en el mundo entero que haya dado tan alta prioridad al tema de la educación política.

Morena ya conquistó electoralmen-te a los gobiernos federal, de la Ciudad de México, de Veracruz, de Tabasco, de Morelos y de Chiapas, así como numerosas presidencias municipales de gran importancia a lo largo y ancho del país. El partido también controla tanto el Congreso de la Unión como la mayoría de los Congresos locales.

Ya no es necesario utilizar los recursos del movimiento para construir opciones de educación formal para los jóvenes. El importante proyecto de las "escuelas universitarias", que movilizó la mitad de los recursos del partido para fundar y mantener 20 diferentes institutos de educación superior, ahora será retomado por los gobiernos de Morena. La coordinadora del proyecto, Raquel Sosa, ya trabaja en la expansión y la consolidación del proyecto desde la SEP federal.

Pero el compromiso de Morena con la educación no se acaba con la incorporación de su exitoso primer proyecto educativo al nuevo gobierno democrático. Ahora se canalizará la mitad de los recursos públicos del partido hacia un ambicioso programa de formación política y social entre los militantes y con la ciudadanía en general.

El objetivo es facilitar una transformación y una liberación de las conciencias dentro de la sociedad paralela al cambio institucional que tendrá lugar dentro del Estado. Ello de ninguna manera implica una "indoctrinación" de la población de acuerdo con una sola ideología, sino lo contrario. Morena incluye y arropa una multiplicidad de diferentes puntos de vista y todos deben ser incluidos.

Tampoco se buscará la formación de ciudadanos pasivos que obedezcan al nuevo gobierno o al nuevo ocupante de Palacio Nacional. Un auténtico proceso de formación política democrática no tiene el objetivo de generar ciudadanos "borregos", sino de estimular las capacidades de pensamiento crítico y de acción organizativa autónoma.

Lo gobiernos neoliberales también tenían su proyecto de educación política, aunque jamás lo formulaban como tal y tampoco le invertían una gran cantidad de tiempo o recursos. Para el...

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