Aracataca, a la sombra de Macondo

AutorRafael Croda

ARACATACA, COLOMBIA.- En Aracataca, población metida en un rincón insondable del Caribe colombiano y cuyo orgullo culminante en sus 99 años de historia es haber sido la cuna del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, pocas cosas son lo que parecen ser a simple vista.

Los cataqueros, como se conoce en Colombia a los oriundos de Aracataca, suelen tomar el fresco por las tardes en mecedoras de mimbre y sillas de plástico en las orillas del Canal Tolima, un arroyo artificial que cruza el pueblo y en el cual los niños nadan en calzones. La placidez reina en medio del calor sofocante. El termómetro marca 41 grados centígrados a la sombra un día de abril.

"Aquí uno ve de repente enjambres de mariposas amarillas volando entre los árboles frutales a la orilla del canal", dice la señora Mafalda Blanco, quien espanta el bochorno con un abanico en el umbral de su casa, frente al arroyo. Afirma que las mariposas son iguales, "del mismo tamaño y del mismo color", a las que precedían las apariciones de Mauricio Babilonia en el Macondo de Cien años de soledad, publicada hace casi 47 años.

Las mariposas de Aracataca buscan una planta que aquí llaman "el perrito", de pequeños pétalos amarillos que, según los lugareños, son las que dan color a esos insectos voladores.

García Márquez decía que este pueblo, donde nació el 6 de marzo de 1927 y en el que vivió hasta los ocho años, encontró la materia prima de su deslumbrante obra literaria. Él siempre atribuyó a la "buena suerte" el haber nacido aquí y lo recordaba como un lugar bueno para vivir, donde todo el mundo se conocía, "a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos". Descripción idéntica a la de Macondo en la primera página de Cien años de soledad.

Realismo mágico

Mafalda Blanco dice que es feliz en el pueblo pero le gustaría vivir mejor. Igual Casa-museo. Pequeño surrealismo que todos los habitantes de Aracataca, la señora carece de agua potable a pesar de que el municipio invirtió 5 millones de dólares en un sistema de distribución -en Colombia lo llaman acueducto- que iba a ser inaugurado por el presidente Juan Manuel Santos en octubre pasado, pero al probarlo horas antes sencillamente no funcionó; nunca salió agua.

"A los invitados especiales nos llamaron horas antes de la presidencia para decirnos que el acto de inauguración se suspendía por falta de agua", recuerda Jaime García Márquez...

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