"Arduos borradores" de José Luis Ibáñez

AutorJosé Luis Ibáñez

Voluntad de riesgo

Establecer previamente por qué y cómo se hacen las cosas en el teatro es poco deseable. No creo en la palabra especialidad. Más bien me desorienta. O, por lo menos, no la distingo como una guía de mi experiencia. Lo que sí reconozco es cualquier definición o señalamiento de promiscuidad. Paso de una cosa a otra, seguramente como no se debe, como lo hace un promiscuo.

Lo revuelvo todo. Porque la promiscuidad no nada más es uno el que la experimenta. En el lado sexual de la promiscuidad no puedo presumir, pero en la revoltura en el teatro, para decirlo en otros términos, creo que sí. Me parece que toda mi vida y mi trabajo son una revoltura. Y aunque al principio no me daba cuenta de eso, después comencé a tener el deseo de que así fueran las experiencias. Puertas o ventanas mediante las cuales tengo contacto con cosas que no conozco.

Cuando me pude dar cuenta, si no conscientemente sí prácticamente, de lo deseable que era no saber qué estaba haciendo fue durante la experiencia de Poesía en Voz Alta, donde ninguno de los participantes podía considerarse autoridad en lo que hacía. Ésa fue una de las características del movimiento.

(...) Se batalla auténticamente por el honor de la batalla, por el honor de haber hecho lo que se hizo, no por obtener reconocimientos, premios o aplausos. Si se obtienen, serán ya para cada quien. Pero no es el caso que pueda contar sobre mí y creo que tampoco de quienes dirigimos en Poesía en Voz Alta. En el caso de ellos también está ausente la seguridad. Y es más, creo que ninguno de nosotros ha podido tener una buena y duradera relación con los que exigen seguridad, como lo puede exigir la televisión. Ahí, el director tiene que cumplir con el anunciante, no con Shakespeare.

Que la obra te desarme

Me gusta mucho quedar desarmado por alguna frase de la obra. Es formidable estudiar una obra de teatro como Hamlet, que no se agota, que todos los días nos dice "mira, en esto no te habías fijado". Y es cierto, uno no se había fijado. Igual pasa con otras grandes obras, sólo que Hamlet tiene en su apoyo que debe ser la obra más representada en la historia del mundo. Sin embargo, hay otras que no sabemos cómo son en escena, porque nunca se han hecho. Eso también me atrae mucho estudiarlo.

Por ejemplo, mucho de mi vida he buscado atender así la obra teatral de Sor Juana, en particular la loa y el auto de El divino Narciso. Precisamente porque no sabemos cómo son. Nadie las ha visto porque nadie las ha hecho. Son obras absolutamente indeseables para cualquier productor, porque resulta incalculable lo que costarían puestas de manera profesional, ya que son totalmente excesivas. Si no se plantean en términos de estudio, como lo he podido hacer yo, es muy poco probable que se pueda reunir a una compañía para hacerlas. Pero, precisamente porque no se sabe cómo son en escena, me atrae estudiarlas. Me complace pensar que, por deficiente que fuera mi trabajo, puedo sentirme orgulloso de mí mismo, de saber que soy capaz de arriesgarme; cómo me ha motivado la docencia y la vida teatral a salir adelante en mi oficio todos los días. (...)

"Vámonos distinguiendo, joven"

A Shakespeare nunca lo igualé a ninguno. Tuve los profesores, las conversaciones y las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR