Arp por primera vez

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS, Francia.- ¿Cómo lo? ¿Hans Arp? ¿Jean Arp? o Jean Arp? Serge Fauchereau aparta la pregunta con un gesto de mano como quien busca alejar a un mosco inoportuno, pero finalmente contesta:

Arp. No más. Así lo llamaban todos sus amigos. Discrepo con los alemanes que buscan germanizarlo a toda costa y con los franceses que intentan afrancesarlo con el mismo empeño. Arp no se deja asignar a un solo país, un solo idioma, una sola cultura, un solo estilo. Arp es múltiple, libre, se burla de etiquetas y dogmas.

Curador de ARP, retrospectiva de la obra de ese apasionante artista del siglo XX -la primera jamás realizada en América Latina- que se inaugurará el próximo 8 de abril en el Museo de Arte Moderno, Fauchereau concretiza por fin un sueño de mucho tiempo. Confía:

La idea de exponer Arp en México nació hace varios años en San Luis Potosí durante una plática que sostuve con Enrique Villa Ramírez, director del Museo Federico Silva, único museo latinoamericano exclusivamente dedicado a la escultura. A ambos nos parecía profundamente injusto el hecho de que por razones económicas -el prohibitivo costo de transporte de las obras- los grandes escultores del siglo XX nunca podían ser exhibidos en América Latina y que solamente se daban el lujo de acogerlos unos cuantos museos estadunidenses.

Vicepresidente de la Fondation Arp y curador de una muestra del artista en el Círculo Bellas Artes de Madrid en 2006, el destacado historiador del arte dedicó dos libros al escultor -entre los más de cincuenta que escribió sobre los grandes movimientos del arte moderno y sus principales actores.

"Para mí no cabía la menor duda: Arp tenía que viajar a México. Sylvia Navarrete se enteró de mi proyecto y se entusiasmó", comenta escuetamente antes de precisar:

Alrededor de ochenta obras -esculturas de bronce, piedras, cobre, latón, aluminio, duraluminio, madera, yeso, además de relieves de madera, pinturas, litografías, dibujos, papiers collés, tejidos, bordados, fotografías- prestadas por la Fondation Arp, coleccionistas privados y el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo familiarizarán al público mexicano con un artista polifacético.

Y recuerda:

"Junto con su compañera SophieTaeu-ber, sus amigos los poetas rumanos Tris-tan Tzara y Marcel Janeo y los alemanes Hugo Ball, Richard Huelsenbeck y Hans Richter, Arp fue al origen del movimiento dada que surgió en febrero de 1916 en una modesta taberna de Zurich que Ball había bautizado como Cabaret Voltaire. Fue una aventura tan iconoclasta como primordial. Sin el dadaísmo el arte del siglo XX no hubiera sido lo que fue."

Entrevistado en París en víspera de su salida para México, Serge Fauchereau es inagotable cuando evoca la vida y la obra de "ese personaje sumamente atractivo" que a lo largo de cincuenta años de vida "lo exploró todo" con una mezcla de curiosidad, audacia e ingenuidad. André Bretón, admirativo, decía que su creación nacía de la frescura de la infancia que Arp habia sabido preservar en lo más hondo de sí mismo.

Arp nació en 1886 en Estrasburgo, capital de Alsacia, cuando esa provincia ubicada en la frontera entre Francia y Alemania (que ambos países se disputaron de 1871 a 1945) estaba bajo dominio del imperio alemán.

De madre francesa y padre alemán, Arp hablaba francés en casa, alemán en la escuela y alsaciano con sus compañeros.

Desde muy joven se apasionó por la poesía leyendo con igual deleite a Nova-lis y Kleist, Rimbaud, Verlaine, Mallarmé y Baudelaire. No resistió a la tentación y a los 17 años empezó a escribir poemas primero en alsaciano y luego en alemán.

Arp compuso poesía a lo largo de toda su vida y hoy está considerado como uno de los grandes poetas alemanes del siglo XX -enfatiza Fauchereau-. A partir de 1930 escribió también en francés, pero es en alemán que su talento poético se despliega mejor. Contaba tanto la poesía para él que en varias oportunidades afirmó que si estuviera en la obligación de elegir entre su obra plástica y sus poemas, renunciaría a la primera. Afortunadamente no tuvo que enfrentar ese dilema.

Fue primero en la Escuela de Artes y Oficios de Estrasburgo y luego en la Künstakademie de Weimar que Arp se inició en las bellas artes. Pero el academicismo de ambas instituciones lo aburrieron. En 1907 dejó Weimar para ir a vivir en Lucerna (Suiza) donde se había trasladado su...

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