"Arqueología mexicana" y sus 35 obras maestras

Se debe al arqueólogo Enrique Vela, quien acredita dos fuentes modelo para su antología: para la portada, el "famoso diagrama" de Miguel Covarrubias de 1957 que "muestra la influencia de la evolución, a partir de máscaras olmecas, de las representaciones de los dioses de la lluvia en las culturas de épocas posteriores. Y para el título, su referencia es un libro de Ignacio Bernal, Cien obras maestras del Museo Nacional de Antropología.

Explica Vela en su texto introductorio, "Ocho apuntes", la metodología para la insospechadamente compleja tarea de escoger las 35 obras que componen sus preferencias, que "una obra maestra no es la pieza, en sí, es su contenido cultural".

Y por ello, deduce, "en la selección que aquí se presenta se encontrarán lo mismo piezas emblemáticas y famosas por su calidad que creaciones intangibles de la mayor importancia, como las lenguas indígenas".

No sin antes discernir entre la arqueología y la belleza, ya que Bernal había sostenido su elección explicado así por Vela: "El enfoque y la discusión se centran en los atributos estéticos de las obras presentadas y en el lugar de las obras prehispánicas en el 'arte' universal, se cuela su posición cok,mo el arqueólogo que era".

Y cita a Bernal en su propia justificación: "Fuerte es además el deseo profesional para un arqueólogo de elegir piezas estéticamente...

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