El arraigo, fábrica de culpables

AutorGloria Leticia Díaz

Eran las ocho de la noche del 20 de noviembre último cuando un sedán color arena se le cerró al auto que conducía Edwin Emilio Escamilla Cabrera en la ciudad de Pachuca, donde trabaja como policía preventivo. De él descendió un sujeto que le preguntó: "¿Eres hijo de Francisco Escamilla Amado?"...

Sin darle tiempo a responder, lo sacó por la fuerza de su Chevy Monza para subirlo al sedán donde lo esperaban tres personas. Comenzaron a golpearlo; luego lo llevaron a las oficinas de la Policía Ministerial y siguieron torturándolo.

Al segundo interrogatorio, Edwin, de 29 años, se dobló y firmó un documento en el que aceptó que durante ocho meses colaboró con El Pino, a quien le informaba sobre operativos policiacos. Más tarde se enteró de que El Pino se llama José Vega Pérez y trabaja para Los Zetas; supo también queJosé Augusto Vega Pacheco y 10 policías de Actopan con los que supuestamente está relacionado también estaban detenidos.

Edwin estuvo incomunicado tres días en los separos de la procuraduría hidalguense. De ahí fue trasladado a las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIE-DO) en la Ciudad de México.

Apenas se enteraron, su madre, Liliana Cabrera Vizueth, y su esposa corrieron para la capital. El día 24 de noviembre su pareja pudo verlo durante cinco minutos, poco antes de que los agentes de la PGR lo llevaran al Centro Federal de Investigación, ubicado en la colonia Doctores, acusado de delincuencia organizada (expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/507/2011). Nada pudo hacer la abogada de Edwin, Angélica Nieto Acosta.

Del 26 noviembre al 1 de enero de 2012, Edwin y tres personas estuvieron arraigados en una pequeña celda que tenía una ventana por la que no podían asomarse. Sólo podían salir de su encierro 40 minutos: 10 para tomar sus alimentos y el resto para "ejercitarse".

Durante ese periodo de cautiverio tuvo que vestir pantalón gris y playera amarilla.Tenía prohibido levantar la mirada aun ante su madre, su mujer y sus dos hijos pequeños que lo visitaron en varias ocasiones; no podía verlos ni tocarlos. "Los niños lloraban desesperados porque no podían tocar a su papá", cuenta su esposa Érika Hernández.

El 1 de enero, Edwin y los 10 policías de Actopan fueron sacados del centro de arraigo de la PGR.

"A mi hijo lo estuvieron paseando hasta que después apareció en el Cefereso de Villa Aldama; los de la SIEDO sabían que el juez ya no les iba a aprobar la ampliación del arraigo para mi hijo, porque no había nada contra él.

"Al final la SIEDO se sacó de la manga un testigo protegido de nombre Venus, un supuesto sicario de Los Zetas, quien dijo que Edwin era policía municipal de Acto-pan, pese a que él nunca ha estado en esa ciudad y aun cuando los uniformados de ese municipio dijeron que no conocían a mi hijo. No obstante, el juez de Villa Aldama, Veracruz, le decretó el auto de formal prisión", relata doña Liliana Cabrera.

Edwin es hijo de Emilio Francisco Es-camilla Amado, el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR