El arte contemporáneo: sector neoliberal de la 4T

AutorBlanca González Rosas

Basta con leer el acrítico reconocimiento a la gestión del colombiano Juan Gaitán que hizo la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lucina Jiménez, cuando anunció el retiro de su cargo como director del Museo Tamayo Arte Contemporáneo (boletín de prensa 742): A nombre de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, reconoció "el intenso trabajo realizado por Juan Gaitán, que, durante su gestión, logró incrementar el acervo del museo, con 348 nuevas piezas de artistas contemporáneos de relevancia y representatividad internacional".

348 piezas de las cuales el 59% provienen de artistas pertenecientes al establo de la galería Kurimanzutto; 9.19% al de la galería José García; y 6% al de la OMR. Con una pieza de Gabriel de la Mora, de la Galería Proyectos Monclova, y una de Pedro Reyes que es parte del establo de la Galería Labor, se suman a las adquisiciones 30 piezas -8.62%- del belga Francis Alys y 16 obras -4.5%- de la fotógrafa francesa-marroquí Yto Barreda.

¿Qué criterios artísticos e institucionales justifican que, bajo la gestión de Gaitán de enero de 2015 a mayo de 2019, se hayan adquirido 214 obras de artistas pertenecientes a la Kurimanzutto, entre, las cuales se cuentan 45 de Eduardo Aba-roa, 41 de Abraham Cruzville-gas, 40 del vietnamita Dan Voh, 26 de Gabriel Orozco y 21 de Carlos Amorales? ¿Acaso no existen otros artistas mexicanos que, aun sin pertenecer al establo de una galería tan acrí-ticamente reconocida, puedan ser adquiridos a costa del...

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