Artesanos de bandera

Mientras acaricia con el pincel el plumaje del águila, el rostro de Juan Carlos Torres rebosa concentración.

Una concentración que en realidad es responsabilidad, confiesa; la que supone pintar, a mano y con detalle, el escudo de una bandera monumental de México.

"Todos los elementos tienen que ser respetados: la mirada del águila, las garras, el nopal, la forma de la víbora..." enumera Torres.

Él es uno de los trabajadores de Banderas y Estandartes, una pequeña empresa dirigida por Antonio Chairez, quien comenzó hace más de 45 años en el negocio de la confección y venta de estos emblemas.

En su modesto taller en un edificio de la calle Pino Suárez, a pocas cuadras de la bandera más célebre del País -la del Zócalo-, Chairez explica que durante los días previos al 15 de septiembre su producción apenas sufre cambios.

"Nosotros tenemos encargos todo el año", dice, "pero ahora sí que se ven más todas esas banderas en la calle, que están hechas por toneladas y que llegan desde China o de Corea.

"Pero si te fijas, utilizan un águila muy fea, muy mal dibujada; los materiales son los más baratos y enseguida se echan a perder", expone Chairez.

El empresario atribuye la llegada masiva de estos productos asiáticos a la liberalización del mercado, pero reconoce que las dependencias gubernamentales, las empresas y los particulares siguen apostándole a la calidad.

Apoya su argumento otro de los trabajadores, Juan Ortiz, quien se dedica desde hace más de un cuarto de siglo a armar las banderas y abrir sus costuras para darles el toque final.

"Durante todo el año se vende, claro, porque hay un reglamento (que dice) que una bandera manchada o sucia es una ofensa a la nación si la sigues teniendo ahí, así que la tienen que cambiar", dice Ortiz.

"En un día pueden pasar por mis manos como 35 banderas y mi chamba es abrir la costura para que no quede como toda chupada, para que no se note el bordado y luzca mejor", explica, mientras desliza una plancha humeante por el pecho del águila.

70 pesos cuesta el estandarte más económico.

500 pesos es el precio de una bandera sublimada.

1,500 pesos vale una que esté bordada en hilo dorado.

35 mil pesos llega a costar la que tiene mayor valor.

Un brochazo de legislación

La Ley sobre el Escudo,...

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