"Asumo mi responsabilidad...", dice en exclusiva el "Comandante Emilio"

AutorVerónica Espinosa y Francisco Marín

VALLE DE SANTIAGO, GTO. / SANTIAGO DE CHILE.- Desde su celda del Cereso 1000 en Valle de Santiago, el exguerrillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete, Comandante Emilio, contesta por escrito un cuestionario enviado por Proceso, mientras espera el resultado del juicio que enfrenta como inculpado del secuestro de una ciudadana franco-estadunidense, así como del proceso de extradición -solicitado por la justicia chilena- relacionado con el asesinato del senador Jaime Guzmán Errázuriz.

Por medio de sus abogados Escobar Poblete envió las respuestas escritas de su puño y letra en las cuales relata su arribo a México y a San Miguel de Allende, el nombre que adoptó en territorio mexicano -el de Ramón Alberto Guerra Valencia-durante 20 años, así como de sus andanzas en esta ciudad guanajuatense como fotógrafo y editor de revistas...

Pero, sobre todo, expuso su etapa como militante del Frente Patriótico "Manuel Rodríguez" (FPMR) en su natal Chile y sus convicciones ideológicas, además habló con detalle de varios excompañeros de lucha, como Ricardo El Negro Palma Salamanca, quien hoy se encuentra asilado en París, donde ha defenestrado a Escobar en varias entrevistas periodísticas.

Desde que llegó a México, en 1998, Escobar Poblete decidió ocultarse en San Miguel de Allende, un lugar que le pareció "cosmopolita, lejos de todo y de todos".

"Ahí encontramos la tranquilidad buscada -dice-. Comenzamos a tener amigos, mi hijo comenzó a ir al colegio y formamos una familia que se fue ampliando, con el cariño de muchos amigos. Amigos que hasta hoy lo somos, amigos generosos."

Fue el último del grupo que se estableció en esa ciudad de Guanajuato. Ahí se reunió con Marcela Mardones, su pareja en esa época, y un hijo. En Chile, el gobierno había emprendido una persecución contra los exintegrantes del grupo guerrillero, activo opositor a la dictadura del general Augusto Pinochet.

En su respuesta fechada el 4 de marzo pasado, Escobar desmiente la versión de que tomó la identidad de un niño fallecido en Puebla: "Mucho se ha comentado de eso, pero la verdad es otra. Es simple, Ramón lo elegí porque fue el último nombre que uso el Che (Guevara) en Bolivia; Alberto era el nombre de mi padre; Guerra fue por un hermano Rodriguista asesinado (Julio Guerra); Valencia (lo tomé) de un compañero desaparecido. Y lo resolví en Santo Domingo, un lugar del DF (Ciudad de México), recuerdo".

El Comandante Emilio relata sobre el comienzo de su nueva vida en San Miguel de

Allende: "Fue difícil, en particular fui trabajando en fotografía, luego participé en restauración y construcción de alguna casa con un amigo arquitecto que conocí ahí en San Miguel; luego tuve un pequeño café internet, hice una revista de deportes, Deportivo San Miguel, y otra, Espiral, todo sobre vida sana, homeopatía, yoga, cuidar el planeta, pagando mis impuestos todos los años. Estábamos con mi familia en los centros de ayuda humanitaria René Mey, fue y es muy bonita labor".

Asegura que cortó sus vínculos familiares en Chile por seguridad: "Yo sólo tenía la herencia de unas casas que mi padre dejó y una venta de acciones que estaban a mi nombre en Chile, del grupo Inforsa, que mi madre me vendió. Fue con lo que conté para iniciar".

Casi 21 años después, para Escobar Poblete ha cambiado todo. Ha pasado los últimos tres meses recluido en el Cereso 1000 de Valle de Santiago, mientras enfrenta un juicio por secuestro ante un tribunal de oralidad penal; un proceso que parece no tener fin.

Desde su captura el 30 de mayo de 2017, el entonces procurador Carlos Zamarripa Aguirre -actual fiscal general de Guanajuato- calificó al exguerrillero chileno como cabeza de una banda internacional de secuestradores que, dijo, ha tenido entre sus víctimas lo mismo a empresarios que a prominentes políticos, y abundó que...

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