Un ataque camuflado

AutorTémoris Grecko

El ataque del martes 11 contra el consulado estadunidense en Bengasi, cuna de la revolución libia, pareció confirmar los peores miedos en torno a la reconstrucción de ese país: el gobierno es incapaz de garantizar la seguridad, el verdadero poder en el país está en manos de incontrolables milicias y éstas son animadas por Al Qaeda y la ideología islamis-ta más extrema. En otras palabras, Libia se estaría convirtiendo en un Afganistán, fragmentado y radicalizado, justo frente a las costas de Europa.

Informes previos de organismos como Amnistía Internacional (AI) habían alertado acerca del peligroso rumbo que tomaban las cosas. Una serie de abusos cometidos por grupos de milicianos, con plena impunidad, contribuía a crear esta sensación de caos. La muerte por asfixia del embajador Chris Stevens en el incendio provocado en la sede consular el martes 11, y el hecho de que los perpetradores hayan sido capaces de efectuar la operación con el apoyo popular -las protestas por el video ofensivo contra el profeta Mahoma-, añadieron pesimismo al estado de ánimo.

Sin embargo, análisis recientes sugieren que, pese a la espectacularidad de escándalos como el de la muerte del diplomático y otros incidentes, hay lugar a un cierto optimismo. Un reporte del International Crisis Group (ICG), cuya presentación fue adelantada al martes 14 a causa de la violencia en Libia y otros países, permite una valoración más equilibrada del papel de las milicias y otros organismos que, hasta ahora, han mantenido su autonomía respecto de las autoridades.

"Hay más de una forma de mirar al país hoy: como una de las más motivantes insurrecciones árabes, recobrándose más rápido de lo esperado; o como un país de regiones y localidades que tiran hacia diferentes direcciones, acosado por problemas intercomunitarios y donde vagan libremente grupos bien armados. Hay evidencias para ambas maneras de interpretar lo que ocurre en Libia", señala el citado documento del ICG, titulado Diuided we stand: Líbya's enduring conflicts.

Sin voluntad

Las apariencias de lo que ocurrió el martes 11 eran menos alarmantes para algunos: una turba de musulmanes, enfurecida por la noticia de que lejos de ahí se difundía un video que insultaba al fundador del Islam, lanzó un ataque contra el consulado; un hecho en el que se combinaron el escape de las unidades libias que debían protegerlo y la mala suerte de que el embajador, quien quedó atrapado en medio del incendio, estaba de visita.

Los incidentes...

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