Ávila Camacho-Moreno Valle. Similitudes siniestras

AutorJenaro Villamil

Como Ávila Camacho, quien prolongó su poder en Puebla de 1937 a 1945, Moreno Valle pretendió construir un cacicazgo estatal tan fuerte que lo proyectara hacia la Presidencia de la República, pero también -como el temido general que combatió a los cristeros- el joven exgobernador y coordinador de los senadores del PAN vio truncadas sus aspiraciones de manera trágica el lunes 24.

"Tanto Maximino como Moreno Valle intentaron usar Puebla como baluarte para construir una campaña presidencial, con la ayuda de títeres en la silla gubernamental. Y los dos murieron inesperadamente antes de concretar su proyecto, durante los primeros días del segundo 'títere'", subraya Paxman en entrevista con Proceso.

Los paralelismos históricos son sorprendentes. En el caso de Ávila Camacho le siguieron en el gobierno estatal Gonzalo Bautista y luego Carlos Betancourt, quien sólo llevaba 17 días como gobernador cuando falleció su protector. A Moreno Valle le siguieron Tony Gali, mandatario estatal por un miniperiodo, y su esposa Martha Érika Alonso, quien sólo tenía 10 días al frente del gobierno estatal.

En 1940, el presidente Lázaro Cárdenas designó como su sucesor a Manuel Ávila Camacho, gesto que enfureció a Maximino, su hermano mayor, quien se consideraba con más atributos para el cargo. Fue secretario de Comunicaciones y Obras Públicas en el gabinete de Ávila Camacho y desde esa posición operó fallidamente para lograr la sucesión en 1946 y vencer al entonces secretario de Gobernación, Miguel Alemán Valdés.

Los historiadores recuerdan que Maximino llamó "facineroso" a Alemán Valdés y anunció que lo mataría. Sin embargo, murió en circunstancias extrañas el 17 de febrero de 1945. Algunas versiones indican que fue envenenado.

Violencia selectiva

Como si fuera un perfil del propio Moreno Valle, Paxman describió a Maximino como un "protector monopolista, rompehuelgas a balazos, pupulista desvergonzado, enemigo de la prensa y la transparencia, autor intelectual de asesinatos, manipulador de un Congreso de paja, autoenriquecido, machista a ultranza y creador de un culto a la personalidad tan fuerte que sobrevivió a su propia muerte por años. Maximino fue la encarnación del cabrón posrevolucionario".

En el mismo libro Los gobernadores, el periodista Ernesto Aroche Aguilar describe a Moreno Valle como una versión moderna del cacicazgo de Maximino.

"Desde el uso selectivo de la violencia represora y la cooptación de la prensa, hasta el control tras bambalinas de un...

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