La ayuda cesa y Graco no deja de exprimir a Morelos

AutorJaime Luis Brito

CUERNAVACA, MOR.- En esta entidad el sismo afectó más de 30 mil viviendas, de las cuales al menos 15 mil quedaron inhabitables, pero, según el gobierno del estado, el Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) sólo reconoce 2 mil 716. Más de 150 mil damnificados directos no tienen dónde vivir y se encuentran en albergues temporales acondicionados en escuelas o espacios públicos, o bien amontonados en casas de parientes.

También el turismo se redujo. Las visitas a los pueblos mágicos de Tepoztlán y Tlayacapan bajaron 80%, aproximadamente lo mismo que a Cuernavaca, Cuautla y Jojutla. Además, varios balnearios tradicionales parecen condenados a desaparecer, mientras el programa federal de reconstrucción avanza lentamente.

Esta semana concluyó el censo de viviendas dañadas y prácticamente todo el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto ha pasado por la entidad, pero esto no se ha traducido en apoyos efectivos para los sectores más afectados. Comerciantes de Cuernavaca, Tepoztlán, Tlayacapan y otros municipios informaron que han despedido al menos a un empleado por la caída de las ventas.

Algunas comunidades se organizaron para paliar la tragedia. En San Marcos, ubicada en Totolapan, en los Altos de Morelos, se instaló una cocina comunitaria donde las familias comparten lo que llega de ayuda para dar de comer a los pobladores que se han encargado de los trabajos de limpieza y reconstrucción con apoyo de voluntarios. Lo mismo ocurre en Tétela del Volcán, donde la sede de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos se convirtió en centro de acopio, albergue y centro de operaciones para la reconstrucción.

En Jojutla, unas familias se han refugiado con parientes, otras permanecen en las carpas instaladas en la unidad deportiva Niños Héroes y que fueron donadas por el gobierno chino, mientras que otras más duermen a la intemperie, frente a las ruinas de sus viviendas.

En tanto, 300 familias de Cuernavaca que perdieron sus viviendas al desgajarse una peña en la Barranca del Tecolote, al poniente de Cuernavaca, habitan desde hace casi un mes la secundaria 2 de Alta Vista. El hacinamiento es tal que se han registrado conatos de bronca. Los padres de los alumnos demandan que la escuela se reabra, pues temen que sus hijos pierdan el año.

Además, pesa el abandono. La recolección de basura no se ha normalizado y en las zonas más afectadas por el sismo surgen focos de infección. Dos semanas después del 19 de septiembre, la ayuda local, estatal...

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