Bajo fuego, el proyecto nuclear iraní

AutorDavid D. Kirkpatrick, Ronen Bergman y Farnaz Fassihi /The New York Times

Semanas después, en abril de 2018, en una transmisión de televisión el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, citó el contenido de los documentos robados y tímidamente insinuó operaciones igualmente audaces por venir.

"Recuerden ese nombre", dijo, señalando al científico Mohsen Fakhrizadeh como el capitán de los intentos de Irán de ensamblar un arma nuclear.

Ahora Fakhrizadeh se ha convertido en la última víctima en una campaña de ataques encubiertos. Las operaciones están enfrentando a Irán con una apremiante elección entre aceptar las demandas de la línea dura -las de represalias rápidas- o intentar comenzar de nuevo con la administración, menos hostil, de Joe Biden.

El pasado 27 de noviembre Fakhrizadeh manejaba, seguido por un coche lleno de guardaespaldas, por una ruta cuidadosamente tortuosa hacia la casa de sus suegros en la ciudad de Absard, según testigos y los medios iraníes.

Un Nissan vacío estacionado en una glorieta explotó y derribó un cable eléctrico. Hombres armados saltaron de un Hyundai Santa Fe estacionado ahí, otros llegaron en motocicletas y los francotiradores que esperaban completaron un equipo de 12 asesinos, según un relato detallado publicado en línea por Javad Mogouyi, un documentalista de la Guardia Revolucionaria de Irán.

Fakhrizadeh, herido con al menos tres balas, cayó de su coche y sangraba en el suelo. La clínica más cercana había perdido la energía eléctrica y las cámaras de la carretera se desactivaron. Los 12 asesinos escaparon ilesos y Fakhrizadeh fue declarado muerto cuando un helicóptero de rescate pudo transportarlo a un hospital de Teherán.

"Fue como una película de acción de Hollywood", escribió Mogouyi en su cuenta de Twitter.

Diez años de ataques

Este fue el más reciente evento dentro de una década de envenenamientos, coches-bomba, tiroteos, robos y sabotajes que han afectado a la República Islámica. La mayoría han sido contra científicos -en gran parte anónimos- o instalaciones secretas que se cree vinculadas a su programa nuclear, y funcionarios estadunidenses e iraníes han atribuido casi todos a Israel, cuyos funcionarios, sin reconocer formalmente la responsabilidad, se han regodeado abiertamente del éxito repetido de sus presuntos espías.

Sin embargo, la República Islámica nunca ha soportado tantos atentados encubiertos como en 2020. En enero, un ataque con aviones estadunidenses no tripulados mató al venerado general Qasem Soleimani cuando salía en un automóvil del aeropuerto de...

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