Estado bandido

AutorSabina Berman

1.

En el banquillo de los acusados estará el Estado mexicano. En la parte acusadora, los padres de los niños muertos o gravemente quemados en el incendio de la Guardería ABC. Como juez, abogado acusador, abogado defensor y jurados fungirán 33 personas de buena fama moral. La cita es en el Zócalo de la capital de la República este domingo a las 11 horas y se espera que varios miles de ciudadanos asistan para atestiguar el histórico juicio, a pesar de que será únicamente simbólico: la sentencia que de él emerja carecerá de carácter vinculatorio.

Será teatro pues, pero como el gran teatro puede no ser inútil. Ponerle a las cosas su nombre y su valor, decir esto es un crimen, esto es atroz, nunca es inútil. El primer acto de un orden moral es separar el Bien del Mal. Uno quisiera decir a continuación: Y puesto que es atroz, en consecuencia conduce a un castigo. Pero precisamente de eso es de lo que los padres de los niños de la Guardería ABC acusarán al Estado mexicano, de ser inepto en separar el Bien del Mal y renuente a reparar el daño moral de las víctimas ejerciendo el castigo contra sus agresores.

Javier Sicilia ha llamado al Estado mexicano un Estado podrido. Tal vez es más preciso el término acuñado por la diplomacia internacional para este tipo de Estado sin justicia. Rogue State. Estado bandido.

2.

Paso a paso los eventos de la tragedia inculpan a funcionarios del Estado mexicano. Un mediodía unos cuantos funcionarios menores queman en una bodega papeles del estado de Sonora para desaparecerlos, cuando una chispa salta a la lona que cubre el techo de la guardería contigua. Una lona que hace cinco años un inspector del estado calificó como “más flamable que la gasolina” pero los dueños de la guardería no quitaron. Las maestras lonchean y los niños dormitan mientras el fuego se esparce. Perdón, no son maestras, son mujeres sin entrenamiento, contratadas por los dueños de la guardería del Seguro Social para ahorrarse los sueldos de maestras. Otra aclaración: no es una guardería del Seguro Social, como creen los padres de los niños que dormitan entre el fuego y el humo: es una guardería subrogada a particulares, como nadie les ha informado.

Cuando sólo dos “maestras” corren a salvar a los niños, se encuentran con “una puerta de emergencia” cerrada con un ominoso candado, colocado ahí para ahorrarse un guardia que cuide esa salida. Afuera del edificio, “la policía” acordona la guardería, para evitar, entre otras cosas, que los vecinos...

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