"El barbero de Sevilla"

AutorMauricio Rábago Palafox

La obertura fue compuesta para Aureliano in Palmira en 1813 y usada también en Elisa-betta, regina d'lnghilterra en 1815, y finalmente en // barbiere di Siviglia en 1816 (originalmente Rossini había escrito para su barbero una colorida obertura con temas estilo español, pero al perderse ésta, fue sustituida por la que subsiste aún).

El musicólogo Charles Os-borne afirma que en // barbiere di Siviglia aparecen ideas musicales de Franz Joseph Haydn y de Gaspare Spontini.

El domingo 14 se produjo el esperado estreno de una nueva producción en el Palacio de Bellas Artes con resultados muy irregulares. Juliana Faes-ler y un muy nutrido grupo de 15 ayudantes se encargaron de la parte escénica, con muy pobres resultados: iluminación indigente sin imaginación, falta de verdad escénica, vestuario horrible y disfuncional, una enorme y protagónica jaula en el escenario que más que la obviedad de su significado no hacía más que estorbar, el coro resultó una masa informe con aspecto aburrido, gente esperando que acabe la función, el Bartolo se veía muy joven, Almaviva no era para nada un conde, y un largo etcétera.

Cassandra Zoé debutó en el papel de una Rosina muy musical y afinada, voz pequeñita, agraciada figura, muy animosa pero tímida, le quedó grande el compromiso. Como decía Di Ste-fano: tiene un defecto que se le quitará con el tiempo, es demasiado joven. Toda una promesa.

Javier Camarena cantó el conde: bellísima voz, pero descuidado en los pequeños detalles indispensables en las grandes ligas del canto; tiene muchas áreas que mejorar.

José Adán Pérez fue sin duda quien se llevó la función, un Fígaro como hace mucho no veíamos, buen actor y mejor cantante, agradabilísima voz...

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